jueves, 15 de enero de 2015

De ansias y sosiegos. Día 16.

16. Desde Villa Favorita.


-Cancela todos tus compromisos que mañana nos vamos al pueblo.
Así, de sopetón, me comunica mi marido que, al día siguiente, mis planes no tenían cabida en los suyos.
Estábamos ya en la cama. Él con los ojos cerraditos y yo leyendo lo último de Javier Marías, "Así empieza lo malo".
Y fíjate, las coincidencias, así empiezan los disgustos en un matrimonio.
Por pequeñas diferencias de cómo encarar el día.
Le puse mil excusas: tengo que asistir a una conferencia sobre la mujer, tengo una comida, he quedado para desayunar con un poeta, me duelen las rodillas, no tengo ganas...
-Mañana nos vamos al pueblo. 
Y comenzó a roncar suavemente.
Punto final.
Y heme aquí, en el pueblo, en mi Villa Favorita.
Desayunando en la plaza señorial y única de Villanueva de los Infantes, con la Iglesia de San Andrés frente a mi y con una balconada única en el mundo rodeándome.
Con las campanadas que, en este momento, me están erizando la piel y con mi perro olisqueando el verano entre las piedras de la calle Cervantes.

Cuando vengo aquí, como ya dejé plasmado en un escrito que tuvieron a bien publicar en el periódico local, el "Balcón de Infantes", es para respirar a Quevedo y caminar a Sancho, para sentir la piedra y esconderme entre columnas, bajo blasones y portadas platerescas.
Es para escribir a destajo en mi cuaderno especial y para citarme con amigas entrañables, artistas como Luisa o Julia; visitar la maravillosa biblioteca y detenerme unos instantes a hojear el libro en medio del patio de la Alhóndiga, apoyada en una de sus orondas columnas; es escuchar el susurro de sus calles; es acariciar la forja de sus ventanas y atisbar por sus portones entreabiertos la majestuosidad de los patios.

No se lo digo a mi marido, pero me ha gustado el cambio de planes.
Y aquí estoy "retirada en la paz de estos desiertos, con pocos, pero doctos libros juntos, vivir en conversación con los difuntos y escuchar con sus ojos a los muertos".
Os deseo un viernes inolvidable.

(Escrito desde Villa Favorita, mi refugio aquí, en Villanueva de los Infantes)

2 comentarios:

  1. Y vive Dios que ha sido un fin de semana inolvidable. Tranquilo, sosegadas las calles, un intento de nieve que quedó en nada. Una lluvia respetuosa al final del domingo. Desayuno y periódico en la plaza. Silencio en los bancos de la Iglesia. Me voy a Madrid con el bolso lleno de letras y con varias cajas de bollos blancos y de canela. Dejo mi puerta abierta. Vengo enseguida.

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    1. Esta entrada la han incluido en el periódico mensual de Villanueva de los Infantes, el Balcón de Infantes. Gracias, desde aquí, a los resposables.

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