miércoles, 30 de agosto de 2017

Certamen Orden Literaria Francisco de Quevedo y presentación poemario.

    
   Estos últimos días de Agosto han estado vivos, en ebullición, candentes, con el alma encogida por diversos sucesos. Uno de tono oscuro y adverso y otros con destellos naranjas y gozosos.
    El último domingo celebramos en mi Villa Favorita el XXXVII Certamen Poético Internacional Francisco de Quevedo, que organiza la Orden Literaria de la que tengo el honor de formar parte.
       Este año me correspondió leer una pequeña alegoría al pie del busto de Quevedo al tiempo que se depositaba una corona de laurel de parte de la Orden que le honra y mantiene viva su memoria.
        Más tarde, ya noche, unos vinos dejaron paso a charlas distendidas con los premiados y reconocernos en la poesía y en la amistad.



El periodista y escritor Víctor Claudín en su intervención.


El Gran Maestre y la Escribana Mayor dando comienzo al certamen.

Ante el busto de Quevedo en la Plaza de San Juan. 
Y le dijimos:

Y se contonea  Agosto,
alejándose para siempre
entre  las esquinas del pueblo dormido.
Se detiene unos instantes bajo los soportales
de la plaza augusta,
atento  al balanceo de las campanas,
alborotadoras  y ajenas.
Doce avisos.
Luego, con dignidad y en silencio, sube la calle empedrada
camino del final, del destierro.
Roza la Cruz del Siglo
y continúa hacia los olivares, hacia el pasado,
hacia el recuerdo.
Y, en la oquedad de la noche,
un Septiembre, postrero y lento, abre su capa,
para descubrirle los últimos granos de arena
que descienden, imparables.

Y don Francisco, sabe que llega aquélla, la que es cierta,
la temida,
y le tiemblan las calles y las horas
en ese caldo añejo en que bracea.
Es lenta la agonía.
No amanece.
Y oye el susurro del mar, tan lejano,
entre las sábanas húmedas y rendidas
y se hunde más en la desgana.

Y  lanza la esperanza hacia la anchura.
Y respira vencido. Y no amanece.
Y no amanece.


     A don Francisco de Quevedo y Villegas, señor de la Torre de Juan Abad y caballero de la Orden de Santiago, en ésta,  otra noche de Agosto, que se aleja, que se aleja…


    El martes fue el día que me regalaron la concejalía de cultura y la biblioteca de Villanueva de los Infantes para presentar, en el marco perfecto del patio de la Casa-de-los-Estudios, mi segundo poemario "Besos de nitroglicerina en el corazón".
     Arropada por casi la totalidad del pueblo, ora en presencia, ora en sentimientos, leímos, comentamos, recitamos y disfrutamos de las palabras y de los ecos perdidos, pero presentes, de las voces de los insignes gramáticos y literatos que por allí dejaron su impronta.










       
    Ahora paseo por el pueblo en silencio, ya se divisa la esquina que debemos doblar para recibir un nuevo mes; el tono oscuro del suceso que os decía al comienzo se va aclarando, se disipa. El tono naranja y brillante resplandece aún más en el recuerdo. 
     Entro limpia, renovada y agradecida en Septiembre.
     Y con un manojo de gracias aún por repartir.

miércoles, 23 de agosto de 2017

La vida es abundancia. Escribir.


Hace un año escribí esto en esta casa, en mi blog, para ti, para invitarte.


Mira:


"El escritor escribe con su vida, con su mirada, 
con sus días de otoño y sus cicatrices".

"Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido".



Escritores del taller de ludolingüística Asiole Dorpa, celebrando. Siempre celebrando.


     "Se van alejando los días ociosos. Ya hemos descansado bastante. 
     Y hemos vivido con intensidad y hervor. Mucho hervor. 
     Ahora toca escribirlo, hacer una historia de nuestras experiencias, troquelarlas, cambiarles el color y la textura. Reírnos de nuestros descuidos.
      Nos reuniremos para jugar con las emociones y los fracasos. En el encuentro literario. En las clases de ludolingüística. En las clases de crecimiento y de algarabía. 
     De quitarnos el corsé y las horquillas.
     Chicas, chicos, os esperamos en Octubre.
     Escuela de ludolingüística de Asiole Dorpa.
     Yo, Eloísa Pardo, quiero abrazaros. 

     Traed cuaderno y boli.
     Nada más".
 


    Y ahora lo vuelvo a poner en la puerta de entrada a esta vuestra casa para recordar, para volver a pasar por el corazón, para que os paréis en esa esquina del escaparate y anotéis la fecha.

     Volvemos a retomar estos días mágicos en los que jugamos a crecer, a diseñar nuestra otra vida, a movernos, a expresarnos, a agradecer.

     Y es que me habéis llamado.
     Elvira, Toñy, Angelines, María, Teresa, os han pasado cosas este verano y las habéis escrito en ese cuaderno dorado que os llevasteis a la playa.
    Una de vosotros se ha enamorado y lo quiere contar.
    Otra, que lo sé, ha descubierto eso que tanto temía.
    Andrés García ha prometido traernos su lipograma perdido.
    Alberto y Juan vienen con sorpresa y cambio.
    Y yo os tengo que decir aquello que pospuse por prudencia.

En Octubre retomamos los encuentros. Me decís que vienen refuerzos.

Que somos más.
Y es que la vida, lo sabéis, es abundancia.




NOTA IMPORTANTE: Si quieres acompañarnos en estos talleres de escritura creativa y ludolingüística, déjame un mensaje o acude a apuntarte al centro cívico Santiago Amón de Leganés, 91 248 95 56. Comenzamos en Octubre. Es güay.








martes, 22 de agosto de 2017

Besos de nitroglicerina en el corazón. Presentación.


     Villanueva de los Infantes, mi Villa Favorita, siempre al quite; sus representantes políticos y culturales, amigos y grupos poéticos, siempre ahí, arropando, caldeando el camino con su amistad y cariño. 
     Grandes.
     Nos vemos.
     Agradecida y orgullosa de tenerlos.






lunes, 21 de agosto de 2017

Como mi vida.






Escribo esto con la máquina de escribir de mis quince años.

Con las teclas rencorosas,
ubicadas en lugares olvidados
y con la imposibilidad
de borrar los errores.

Como mi vida.

He de hundir las yemas de los dedos
con fuerza
para hacer resaltar la tinta desvaída
sobre la hoja sorprendida y lastimada.
Se me rompen las uñas
y el ruido evocador del tecleo
me daña el alma.
La t se queda rezagada
cuando escribo te quiero
y las mayúsculas se resisten.
La encontré ayer en un rincón
de la habitación grande,
aquella tan fría dónde nadie quería subir.
La tecla del retroceso no funciona.

Como mi vida.

Y se acumulan las comas y los espacios,
se amontonan las pes y las erres,
negándome el perdón y los errores.
Vuelvo a dejarla en el altillo,
tapada con el pañuelo malva que llevo en el cuello.
Y cierro la puerta de la habitación fría 
y me acaricio los dedos heridos por el esfuerzo y la rabia.
Escribí muchos poemas con la máquina de escribir
 de mis quince años.
Tantos que ya no queda color ni orgullo en la cinta,
su soberbia ya es recuerdo.
Ahora se repliega bajo sus sueños
con la huella de unas manos ansiosas sobre su cuerpo, 
con la nostalgia de la tinta fresca, 
con la sed del movimiento y la prisa. 
En silencio.

Como mi vida.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Piel.


Sé que fue martes 


y que le daba la espalda

al futuro.

Que la primavera

se colgaba de las palmeras

con un brazo

y, con el otro, nos llenaba los ojos
de promesas.
Sé que era mediodía
y un olor de jazmines
brotó de algún enero,
de repente,
como un zarandeo de hombros,
como un aviso,
como un repique de campanas,
como una premonición.
Estaba de espaldas
y supo.
Se giró con parsimonia
y urgencia.
Era martes
y explotó el delirio.







Nos besábamos con la piel 


y con miradas ebrias.

Con un temblor de ansia

entre los dedos

y con el peso de un tiempo perdido.

Nos besábamos con los treinta años

de extravío,
con la rabia del engaño,
con justicia.
Regalábamos los besos a los álamos
y se quedaban tatuados en el aire,
en las hojas sorprendidas,
en los gemidos.
Nos besábamos con la inmortalidad
entre los dientes,
con la lengua voraz,
con la risa y la cintura.
Ardía la tarde y la azucena,
y la muerte, al vernos,
habia huido en silencio,
derrotada.