jueves, 14 de septiembre de 2023

El rincón de Asiole. Llueve

 

Me gusta la lluvia. Me gusta ver llover.

     Su rugido de furia es lo que me ha despertado. He saltado de la cama y me he hecho un café. Y, desnuda, contemplo el espléndido espectáculo. La fuerza que exhibe.

     Y, sin darme cuenta, he comenzado a tararear una antigua canción.

     "La lluvia no moja nuestro amor cuando yo soy feliz"

     "La lluvia, la lluvia ya no existe si me miras tú"




       Me gustaba esta cantante italiana, tiene una pequeña diastema, como yo, y el peinado nos asemejaba. Mi madre me hizo un par de vestidos que yo le copié. Gigliola Cinquetti. Me compré el disco. La lluvia. La pioggia.

     Hoy, ante la cortina de recuerdos que se desplegaba ante mí, he ido a buscar el single. Aún lo conservo.

     "El termómetro bajó"

     "El frío ya llegó"

     Acaricio la carátula, la imagen de la cantante y el título: "Cero en amor".

     Voy a vestirme. Ha dejado de llover. Tengo que bajar a Chewie al primer paseo del día.

      Con paraguas.

El rincón de Asiole. Una hoja en blanco.

Me levanto en jueves. El día que se despliega ante mis ojos es perfecto. Con ese semblante de avance de otoño, con todas las trazas de un comienzo.

     Con una taza de café en la mano me siento en mi mesa de trabajo. Anoche dejé abierto un cuaderno. Una preciosa y lasciva hoja en blanco espera.

     Pero no sé que escribir. No ha habido ningún cambio en mi vida que amerite una historia. 

     O sí.

     Puedo escribir que ayer firmé el contrato de una nueva novela. Puedo escribir que luego me fui a recorrer calles que aún no conocía de mi Leganés. Que descubrí otros rincones, nuevas balconadas, más placitas con árboles y bancos melancólicos.

     Puedo escribir que te vi.

     Caminabas como si no te importara el día ni la hora, con las manos en los bolsillos, deteniéndote, de vez en cuando, para mirar alguna fachada, un escaparate, un trozo de cielo.

     No has perdido ese gesto de duda al andar, esa prestancia tan descuidada, sigues teniendo poder.

     Te vi alejarte. De nuevo.

     Viene lento el otoño, como dudando aún. Pero llegará. Siempre llega.

     Esto he escrito en la hoja ofrecida.

     Y, el café, tan frío.

     


Imagen tomada de la red: El caminante sobre el mar de nubes, del pintor alemán Caspar David Friedrich