sábado, 22 de octubre de 2016

Malas coordenadas. Manolo.

     




Imagen tomada de la red.

    Nunca se imaginó que entrar en aquel bar de mala muerte, decadente y lóbrego y a esas horas de la noche, fijaría, irremisiblemente, su cruce de caminos.
       Que se decidiría un capítulo inesperado y concluyente en la novela de su puta vida.
      No hacía mucho que se había enviciado con el tabaco. Fue a raíz de que la golfa de su novia se la pegara con el Méndez. De eso hacía ya por lo poco seis meses. Se agarró a los cigarrillos como un asmático a la mascarilla de oxígeno. Tres o cuatro cajetillas diarias se fundía y sin ponerse colorao. Sin contar su apego a otras adicciones.
     Cuando llegó a la habitación de la pensión buscó en el armario del baño donde siempre guardaba un paquete para las emergencias. Pero recordó que lo había cogido la semana pasada cuando se fue con su compadre a Torrevieja a hacer un porte. Valiente cabrón, contaba con que le daría algo por la compañía y sólo sacó la cabeza caliente y los pies fríos. De Hortaleza al mar hablando de su mujer y de la suegra. A la vuelta se pagó una paella y media botella de vino peleón y para de contar.  
     Con la urgencia del pitillo se tiró a la noche. La de aquel asqueroso y lacio mes de Noviembre era más oscura de lo normal y el bar de la esquina cerraba los miércoles.
      Se llegó hasta el del final de la calle, aquel tan guarro y sospechoso que hasta a él le daba dentera entrar.
     Dentera por decir algo fino, le tocaba los cojones vérselas con aquella fauna de letrina.
     Pidió un tercio y se dirigió a la máquina.
     La tele daba una corrida de toros de otros tiempos.
     Al fondo, una pareja discutía delante de una mesa sembrada de quince o veinte botellas vacías de cerveza.
     Con la cajetilla en el bolsillo se calzó de un trago la bebida y dejó caer un billete en el mostrador. Tenía prisa por tumbarse delante de la tele con una botella de vino, unos cigarros y sus pensamientos.
    Cuando vio reflejada en el espejo a la mujer que se levantaba, estirándose y recolocándose las tetas dentro del sujetador y al Méndez, con un palillo en la comisura de la boca, mirándole con esa chanza de matón barato, toda la niebla espesa de la noche se le encajó inmisericorde en la garganta.
      Agarró la botella por el gollete y la estampó contra la barra. 
     La Tere no se merecía ni los buenos días pero a él, al hijo de su madre, un mamón de medio pelo no le dedicaba mensajes con los dedos amorcillados y puercos de su mano derecha.


Leonardo Parcas.
Malas coordenadas.

jueves, 13 de octubre de 2016

Taller de escritura creativa. Ludolingüística y sonrisas.




     Nota para mi gente guapa, para los amantes de las palabras, para los que las paladean y se les colorean los labios con el jugo de las frases acertadas.


      El grupo de los lunes está completo.


      Quedan plazas los jueves por la mañana o los martes por la tarde.

     El curso acaba de empezar y ya tenemos locos, adictos, fanáticos de los escritos mutilados o de los poemas visuales, de los cadáveres exquisitos o de los inventarios fútiles. De las historias.

      Enamorados de la pluma.

      Ebrios del olor del papel sin estrenar.

      Nos llamamos escritores. Nos sabemos privilegiados.

      Te esperamos.









martes, 11 de octubre de 2016

Taconeos sobre piedra. Literatura entre pórticos. Mascletá en la Mancha.

Facebook me recuerda esta entrada al blog de hace un año.
http://pardocastroeloisa.blogspot.com.es

     Y este año he tenido, de nuevo, el placer de asistir, en Villanueva de los Infantes, a la IV edición de la Ruta literaria por los patios hermosos con los que cuenta el pueblo.
     Antaño, poesía sobre Quijote y Sancho. Hogaño, lectura de las novelas ejemplares de Cervantes, preparadas y jibarizadas por la responsable de la biblioteca, Ángeles Jiménez.



Foto en cualquier rincón de cualquier patio. Me la hizo mi querida amiga y poeta de Valdepeñas, Teresa Sánchez Laguna, que acude siempre a esta fiesta anual de las palabras.


Con don Clemente Plaza después de leer "El casamiento engañoso", escuchando la deliciosa música de tiempos pretéritos.



Amparados por la frondosidad uteral de los patios.





Maribel y Meli leyendo, encuadradas entre los brazos y la cámara de Benito.


Grupo de teatro Quo, después de una espléndida actuación entre el claustro del convento de Santo Domingo.

     Los patios no se vieron desiertos en ningún momento, la afluencia de público, venido desde todos los lugares, era incesante. Todos los patios fueron visitados y admirados. Otro año más los dueños de semejantes paraísos abrieron generosamente sus puertas para compartir. 
    Entre ellos, todos magníficos, el de mi amiga Pilar de Bustos.





Uno de los rincones del espectacular patio. Detalles interesantes en cualquier lugar donde se pose la mirada.

     Y como colofón, la Orden literaria Francisco de Quevedo me invitó a formar parte de sus miembros. En el entorno mágico de la celda del poeta, allí, al lado de la mesa donde escribió sus últimos versos y debajo de su retrato, me acogieron todos los componentes de este grupo que trabaja para mantener en el tiempo la poesía y la figura del genio del barroco.





Parte de los componentes de la Orden Literaria. Momento y lugar. Emoción y silencio.



Cerrar podrá mis ojos la postrera 
sombra que me llevare el blanco día, 

y podrá desatar esta alma mía 

hora a su afán ansioso lisonjera; 



mas no, de esotra parte, en la ribera, 

dejará la memoria en donde ardía; 

nadar sabe mi llama la agua fría, 

y perder el respeto a ley severa. 



Alma a quien todo un Dios prisión ha sido, 
venas que humor a tanto fuego han dado, 
médulas que han gloriosamente ardido, 

su cuerpo dejarán, no su cuidado; 
serán ceniza, mas tendrá sentido; 
polvo serán, mas polvo enamorado. "




Ahora llueve en Infantes.
Las gárgolas de hierro vuelcan agua sobre el empedrado de las calles tímidas, haciéndolas de espejo. 
Descansan del bullicio de estos días de versos y sol. De carruajes y capas que desaparecen misteriosamente tras alguna esquina blasonada.
Se preparan para nuevos encuentros. Infantes literario. Infantes teatral, gastronómico y solidario. Cosmopolita y acogedor.
El lugar de la Mancha.
El pueblo más bello del Campo de Montiel.
Villa Favorita.
Gracias por todo.
Hasta pronto.