lunes, 27 de octubre de 2014

XV Muestra de folklore Castellano-Manchego.

Imagen tomada de la red.


El pasado sábado 25 de este mes veraniego de Octubre se celebró en el Centro Cívico José Saramago de Leganés la XV  Muestra de Folklore Castellano-Manchego, organizada por la Federación de Comunidades Originarias de Castilla-La Mancha en la Comunidad de Madrid.
La casa "invitadora" en esta ocasión fue la nuestra: Casa cultural castellano manchega en Leganés y el programa fue amplio y ameno en partes iguales.
Nos deleitaron, por este orden, los grupos: "Añoranzas Manchegas"  de Leganés; "La Flor de Azafrán"  de Getafe; "Carillana"  de Pinto; "Aires Manchegos"  de Alcobendas; "Hidalguía"  de Madrid y "Quinteria"  de Alcalá de Henares. El grupo "Arriaca" de Guadalajara no pudo asistir por problemas imprevistos de última hora.
Presentó el acto D. Vicente Morales.
Con el teatro repleto de amigos, socios, vecinos y degustadores de los bailes típicos de nuestra región, con la vistosidad y variedad de las danzas y vestimentas de las diversas "insulas" de nuestra comunidad y el apoyo incondicional de los concejales amigos que siempre nos acompañan, D. Alarico Rubio de Izquierda Unida y D. Carlos Delgado de Uleg, acabó una tarde redonda, simpática y de buen recuerdo.
La entrega de unos diplomas a los grupos participantes puso punto final al evento.

Gracias a todos por vuestra asistencia e interés.
Eloisa Pardo, responsable de cultura de la casa castellano manchega en Leganés.

jueves, 23 de octubre de 2014

Nulla dies sine linea.


Imagen tomada de la red.


Si te gusta escribir, escucha: Nos vamos a reunir un par de horas a la semana para jugar con las palabras, para darles la vuelta y perderles el miedo. Para agregar un cuarto a la casa de nuestra vida y engañar a la muerte. Para compartir experiencias y explorar en nuestros recuerdos, sacarlos a flote y volver a vivir.
“El escritor escribe con su vida, con su mirada, con sus días de otoño y sus cicatrices”.
Vamos a crear un espacio fértil donde llevar a cabo la experiencia. 
En grupo, jugando, aprendiendo y enseñando. Compartiendo sueños y descubriendo todo nuestro potencial.
A escribir se aprende escribiendo. Y eso es lo que vamos a conseguir en nuestra escuela de escritura.
Romperemos reglas y haremos terapia. Con un bolígrafo, un cuaderno, emociones y palabras.

Invitados estáis.
Descúbrete. Date placer. Abre las compuertas para que salga tu voz interior. 
Escribe. 
Libérate.

Ponte en contacto. Manifiéstate.

jueves, 16 de octubre de 2014

La vida.

Se fue el verano. Y nos sorprende un otoño escandaloso y bello. Nos moja y nos revuelve el pelo. Nos sobresalta y nos provoca estupor y escalofríos, como ese hijo favorito y tarambana que altera con su llegada la aparente calma de la casa y cierra puertas con estrépito y nos levanta en el aire y nos despierta y nos renueva y nos cubre las mejillas de color.

Los pecios del naufragio.

Me envuelvo ansiosa entre las sábanas, crisálida y emigrante. 
Rezo al sueño y a la luz. 
Espanto las imágenes contaminadas, radiactivas. 
No se puede.
Hay que abrir la realidad y ver los pecios. 
A dentelladas. 
A machetazos. 
No se puede obviar la travesía.

lunes, 6 de octubre de 2014

Trío de ases.






Presentación de la novela Las tres bodas de Manolita, de Almudena Grandes.
En la Librería Punto y Coma, en Leganés, un viernes del mes de Octubre del año 2014. Principios de otoño.

Lleno total. Buen ambiente.
Presentamos a la autora la poeta y escritora Inma Luna y yo.
Y este panegírico es el que pergeñé para la ocasión:


"Fernando me preguntó este verano si quería hacer una pequeña reseña, un mínimo entrante a la presentación de la última novela de Almudena Grandes.
—Me he quedado en el corazón helado—, le contesté algo confundida, —conmigo no contéis.
Es la novela que estaban leyendo en el club de lectura que se imparte en este museo del libro. Mi amiga, la poeta y escritora Inma Luna está al frente de estos hermosos encuentros.
Pero acepté, por supuesto.
No voy a desgranar la biografía y obras de Almudena porque imagino que ya lo sabéis todo.  Ni he venido aquí a hablar de su libro porque eso queremos que lo haga ella.
Porque aunque los españoles, ya se sabe, nunca estamos preparados para ser felices, esta tarde nos hemos reunido para lo mejor.
Dije que no he leído los dos primeros tomos de estos Episodios de una guerra interminable. Mea culpa. Ay, pena, penita, pena!
Los leeré. Porque la novela  Las tres bodas de Manolita,  que puso Fernando en mis manos, me ha encantado y me ha dejado con hambre. Parece ser que, al contrario de Robinson Crusoe, que nunca supo cómo llegó la primera semilla hasta la puerta de su casa, a Almudena, la sugerencia de un  amigo y una jugosa confidencia de una mujer valiente, le sirvieron para dejar, encima de su mesa la semilla de seis novelas, seis.

Ésta, la tercera, ha tardado dice unos tres años en escribirla, tras una lucha, ya legendaria, sobre el número de capítulos y el tiempo verbal de cada uno de ellos.
Todas las novelas, las seis que componen los episodios están perfectamente imbricadas por medio de algunos personajes y escenarios y nos revelan trozos de nuestra historia que, a veces, no queremos descubrir o que, simplemente, desconocemos.
Almudena sufre un Tormento galdosiano que guía su mano para mostrarnos, para hacer que volvamos la cabeza y descubramos, de una vez por todas, la piedra enorme donde tropezamos.
Las tres bodas de Manolita es la historia de una superviviente, de una pandilla de amigos en una época de aires difíciles y una novela de aventuras, de suspense, romántica y que, en algunas páginas, entre líneas, deja escapar una sonrisa, a veces, vertical. Un recorrido por el atlas de la geografía humana:
…” la difusa culpa que les atribuían como un pecado original, fue calando en sus conciencias como una lluvia fina, imperceptible, que las empapaba sin que pudieran ponerse a salvo, porque no existía ningún lugar donde refugiarse de aquella insidia cotidiana que sabia penetrar en su piel y, poco a poco, fueron convenciéndose de que eran culpables y tenían que pagar por ello y aprendieron a aceptar su vida, la que se merecían…”
Las tres bodas de Manolita, a pesar del tema que subyace como un rodrigón oscuro: “qué pobre gente y qué encogidos vamos”, no es una novela triste, la protagonista se encarga de ello con su innata disposición a la alegría. En ella encontramos también diversos modelos de mujer  y una compleja amalgama de personajes en una estación de paso demasiado espesa y larga de nuestra historia reciente.
Y visual, es una novela visual, con sabor y olor, con imágenes indelebles como la línea gruesa e irregular de los ojos de Paco Román la tarde del desengaño y a pesar de las lágrimas.

“…resignación, la falsa amiga.  La odiaba, pero no podía vivir sin ella. Por eso me dejé mecer por su voz, el arrullo tierno, zalamero, que limaba las aristas de una verdad deformada, de contornos progresivamente blandos, redondeados como los cantos de las mentiras”.

¡Ay, pena, penita, pena! de esos tiempos en que la hazaña consistía en llegar vivo al día siguiente. ¡Ay, pena, penita, pena! Esa noche negra lo mismo que un pozo…
Pero la muerte no tiene la última palabra y Almudena Grandes nos habla.
Porque lo que está claro, leyéndola, es que Almudena no tiene el corazón helado".

Vamos a escucharla.

domingo, 5 de octubre de 2014

Nostalgias.






Imagen tomada de la red.



Todas las noches, cuando la casa queda en silencio, se levanta y enciende la lamparita malva de la mesa de su estudio.
Saca el cuaderno que espera al fondo de un cajón, en el que simula guardar trozos de objetos inservibles, y lo abre por la página impoluta.
Con una pequeña pluma cargada, siempre, de tinta verde, comienza.
Querido Joaquín:
Otra noche que no puedo dormir pensando en ti, en nosotros. Tu boca no deja de rastrear mi espalda y siento, cuando cierro los ojos, los tuyos sonriéndome desde la atalaya de aquel verano remoto.
Ya no puedo continuar así.  No quiero vivir en este limbo sin aire y sin color. Quiero arrancarme esta piel de infelicidad que me ahoga para que tus dedos vuelvan a cubrirme de sueños.
Quiero hacer el amor en las esquinas y dejarme el corazón palpitante y roto entre los charcos de veredas efímeras.
Quiero que me recibas detrás de puertas entornadas y confundas los lunes con susurros de días festivos.
Tengo hambre de antiguas risas asfixiadas entre almohadas y sábanas revueltas.
Ganas de no saber por qué calle paseamos. Tener dudas.
Joaquín…
Detiene un instante la pluma. Ha escuchado un rumor al fondo del pasillo.
Vuelve a la cama.
Se abraza al hombre que duerme roncando suavemente.
Buenas noches Joaquín.
Y apaga la luz como si apagara una vela.
Con un deseo.




sábado, 4 de octubre de 2014

Entre libros y risas.




Dia: viernes primero del mes de Octubre. Lugar: librería Punto y Coma de Leganés. Motivo: presentamos a la escritora Almudena Grandes con su última novela Las tres bodas de Manolita. La foto: nos la hace el fotógrafo porque nos ve felices. Proyectos: pregúntale a las golondrinas.
Pues en ésas andamos.

Inma Luna y Eloisa Pardo.

viernes, 3 de octubre de 2014

En un Madrid principioso.






     Me sacudo los restos de gusto de la milhoja que me acabo de tomar y recuerdo.
  
   Los primeros nueve años de mi infancia transcurrieron en una casa enorme y esquinada, con un pasillo largo y misterioso adonde desembocaban siete habitaciones con las puertas siempre abiertas, como bocas hambrientas de niñas con coletas.
    Era el camino obligado entre la cocina y el salón y yo lo recorría deprisa, sin mirar a los lados y con el corazón galopando de terror.
    Toda la familia vivía allí, entre ellos mi bisabuela y mi abuelo sabio.
    Mi abuelo siempre al final del pasillo, de pie ante la biblioteca inmensa y colmada.      Eso es lo que más recuerdo, los dos sentados en sillas repujadas de caras antiguas con un libro en la mano y el sol abrazándonos desde la calle.
   El salón, octogonal, con las ventanas ofrecidas a los ocho puntos cardinales.
   Y un reloj antiguo y caliente en la pared, agujeando imparable el tiempo.
   Y el sabor oscuro de las juanolas.
  Y el Relicario que me cantaba mi abuelo mientras me señalaba, con sus dedos hermosos, estampas de lugares lejanos en un libro de viajes que aún conservo.
  
Esta foto fue el punto final de una tarde por un Madrid principioso, la visita a un fotógrafo amigo y una milhoja compartida que dejaría restos de polvo mágico entre los pliegues de mi vestido rosa.
  
 Pisa morena,/ pisa con garbo...