domingo, 27 de noviembre de 2016

Excursión a Villanueva de los Infantes. El lugar de la Mancha.

     Sábado 26 de Noviembre de 2016.

   A las 8 de la mañana un grupo grande de amigos se apiñaba, paraguas en mano, esperando a subir a los autocares que les llevarían a Villanueva de los Infantes.
     Fue el lugar elegido por los responsables de la Universidad Popular de Leganés, para una de las múltiples salidas que se hacen a lo largo del curso. 
     Monitores, alumnos, familiares y amigos se unieron al viaje. Sólo un día. Ida y vuelta. Poco tiempo para absorber todo lo que este pueblo manchego ofrece. 



Plaza monumental de Villanueva de los Infantes.

     La lluvia, terca y prepotente, nos acompañó durante todo el trayecto. Amenazaba con menguar el encanto del recorrido. No sabía que Villanueva de los Infantes es bello, con lluvia, nieve o con el sol más descarado.
       Pero fue bajarnos enfrente del Convento de Santo Domingo, donde nos esperaban los guías, y el día se abrió para dejar el camino libre al disfrute. Así fue hasta que llegamos, de vuelta, a Leganés. Y es que, hasta ahora, siempre, la suerte nos ha acompañado.
    Decía que nos esperaban los guías, no exactamente, nos aguardaban don Francisco de Quevedo (José Manuel) y el Caballero del Verde Gabán (Damián), los estupendos responsables de Calambur Experience, dedicada al turismo rural y con múltiples actividades y presentaciones culturales.



José Manuel Valero 

Damián Solís.

    La visita al convento de Santo Domingo y la celda de Quevedo, fue el comienzo del periplo que continuó por calles, fachadas señoriales, la casa del Caballero del Verde Gabán, Casa de la Pirra, Casa del Arco, Casa de los Estudios, La Trinidad, Palacio de los Ballesteros, Fuente Vieja, la magnífica plaza Mayor con la Iglesia parroquial de San Andrés y la Alhóndiga, donde se acercó el alcalde, don Antonio Ruiz, a saludarnos.     La concejala de cultura  Encarni Navarro, también estuvo pendiente del desarrollo de la excursión. Desde aquí, nuestro agradecimiento.

   Ángeles Jiménez, directora de la biblioteca e Inés, al frente del Museo y del centro de Información turística, también pusieron su interés en el buen desarrollo de la visita.








Casa del Arco.

Patio de la  Casa del Caballero del Verde Gabán.



La Alhóndiga. Centro cultural.

   Una degustación en el Horno del Abuelón, con las exquisitas pastas que elaboran y un vasito de mistela, nos dejaron el paladar dispuesto para la comida en La Gavilla, donde Jesús nos esperaba con un pisto impecable y una atención simpática y cercana.
 A la vuelta, quisimos pasarnos por San Carlos del Valle, para cerrar la excursión con un paseo por su plaza y la Iglesia: "El Vaticano manchego", declarado todo el conjunto de merecido Interés Cultural.
  Y sí, fue cuando estábamos llegando a Leganés, que la lluvia comenzó de nuevo a llamar la atención. Pero nos había dejado disfrutar del día, paró a tiempo con tremenda educación y respeto y por eso, tenemos que darle las gracias.
 Hoy, domingo, sigue lloviendo.
 ¿Lloverá en Infantes, en el Lugar de la Mancha?
 ¿Se oirá la lluvia tras los cristales de la celda del poeta?


La mesa de Quevedo, soporte de sus últimos versos:


                               "Ayer se fue, mañana no ha llegado.
Hoy se está yendo, sin parar un punto,
soy un fue y un será y un es cansado"



¿Hará  brillar la lluvia a Quijote y Sancho, allí, en medio de la plaza?

Amigos, hasta la próxima. 
Y gracias a Infantes y sus gentes.
Y a Andrés, Juani y MariMar, responsables de la Universidad Popular de Leganés.

Pura vida.



martes, 22 de noviembre de 2016

Encuentro radiofónico. Asorbaex. Por la igualdad.



En Leganés.
Nos reunimos un grupo de personas que la asociación Asorbaex citó para compartir una charla sobre la lacra de la violencia de género.
Se alargó  el encuentro por lo intenso del motivo.
Se amenizó con música del cantautor José Luis Pardo, para poder digerir mejor la impotencia y la rabia ante, todavía, semejante fallo humano.
Se alargó el momento porque nos encontrábamos bien conociendo a gente guapa y emprendedora. Por el intercambio enriquecedor de opiniones y experiencias.
Fue el I encuentro radiofónico de mujeres Girasol, por una vida digna en igualdad.
Ójala no hubiera que emplazar a nadie para celebrar el II.
Gracias a todas y todos.

Salimos de allí con esperanza.



Todos los participantes y los responsables de los encuentros.










Un momento de la charla.









viernes, 11 de noviembre de 2016

Cómo decir poesía, Leonard Cohen.




“No me considero un pesimista. Creo que un pesimista es alguien que está esperando que llueva. Y yo me siento empapado hasta los huesos”


Instrucciones para la confección de los poemas.
Decías:

"Por ejemplo la palabra “mariposa”. Para usar esta palabra no hace falta aligerar la voz, ni dotarla de pequeñas alas empolvadas, ni inventar un día soleado o un campo de narcisos, ni estar enamorado, ni estar enamorado de las mariposas. La palabra “mariposa” no es una mariposa de verdad. Está la palabra y está la mariposa. La gente tendrá todo el derecho a reírse de ti si confundes estos dos conceptos. No le des tanta importancia a la palabra. ¿Qué quieres transmitir, que amas a las mariposas con más perfección que nadie o que entiendes realmente su naturaleza? La palabra “mariposa” no es más que un dato. No te da pie a revolotear, elevarte, proteger las flores, simbolizar la belleza y la fragilidad o interpretar de alguna forma a una mariposa. No representes las palabras. No representes nunca las palabras. No intentes nunca despegar del suelo cuando hables de volar, ni gires la cabeza y cierres los ojos cuando hables de la muerte. No me mires con ojos ardientes cuando hables del amor. Si quieres impresionarme al hablar del amor, métete la mano en el bolsillo o debajo del vestido y acaríciate. Si tu ambición y tu hambre de aplausos te han llevado a hablar del amor, debes aprender a hacerlo sin desacreditarte a ti mismo ni lo que dices.
¿Qué expresión podría definir a nuestra época? Nuestra época no tolera expresión alguna. Todos hemos visto fotografías de madres asiáticas desoladas, así que no nos interesa la agonía de tus órganos achacosos. Nada de lo que puedas expresar con tu cara tiene parangón con el horror de nuestro tiempo. No lo intentes siquiera. Sólo merecerías el desprecio de los que han sido tocados en lo más hondo. Todos hemos visto noticieros con seres humanos embargados por el dolor y la desazón. Todos sabemos que comes como Dios manda y que hasta te pagan para que te subas a un escenario. Estás tocando para gente que ha vivido catástrofes, así que tranquilízate. Di las palabras, transmite los datos y hazte a un lado. Todos sabemos que sufres. No puedes contarle al público todo lo que sabes del amor en cada verso de amor que digas. Hazte a un lado: la gente sabrá lo que tú sabes porque ya lo sabía. No tienes nada que enseñarles. No eres más hermoso que ellos. Ni más sabio. No les grites. No fuerces una entrada en seco. Eso es sexo mal practicado. Si muestras el contorno de tus genitales, entrega lo que prometes. Y recuerda que, en el fondo, la gente no quiere acróbatas en la cama. ¿Qué necesitamos? Estar cerca del hombre natural, estar cerca de la mujer natural. No quieras ser un cantante venerado por un público numeroso y leal que desde siempre ha seguido los altibajos de tu carrera. Las bombas, lanzallamas y demás mierdas han destruido algo más que árboles y poblados. También han destruido los escenarios. ¿Acaso creías que tu profesión iba a escapar de la destrucción general? Ya no hay escenarios. Ya no hay candilejas. Estás entre la gente, por lo tanto sé modesto. Di las palabras, transmite los datos y hazte a un lado. Quédate solo. Quédate en tu habitación. No montes un número.
Se trata de un paisaje interior. Está dentro y es privado. Respeta la intimidad de tus textos, pues fueron escritos en silencio. La valentía de la interpretación es decirlos. La disciplina de la interpretación es no violarlos. Deja que el público sienta tu amor por la intimidad aunque ésta no exista. Sé una buena puta. El poema no es un slogan. No puede promocionarte. No puede fomentar tu reputación de sensible. No eres un semental. No eres un ladrón de corazones. Tanto gangster del amor y tanta tontería. Eres un estudiante de disciplina. No representes las palabras. Las palabras mueren cuando las representas, se marchitan, y no nos queda más que tu ambición.
Di las palabras con la precisión exacta con que comprobarías la ropa de tu colada. No te conmuevas con una blusa de encaje. Unas braguitas no tienen por qué ponértela dura. No tiembles al ver una toalla. Las sábanas no han de dibujar una expresión de ensueño alrededor de tus ojos. No hace falta que llores en el pañuelo. Los calcetines no están ahí para evocarte extraños y lejanos viajes. No es más que tu colada. No es más que tu ropa. No seas un mirón escudriñando a través de ella. Limítate a llevarla puesta.
El poema es mera información. Es la Constitución de la patria interna. Si lo declamas y lo hinchas con nobles intenciones, no eres mejor que esos políticos que tanto desprecias. No haces más que agitar una bandera y llamar patéticamente a la patriotería emocional. Piensa en las palabras como ciencia, no como arte. Son un informe. Es como si dieras una conferencia en la Federación de Montañismo. Las personas que te escuchan conocen todos los riesgos de la escalada, y te honran dando por sentado que lo sabes. Si se los pasas por la cara, estás insultando la hospitalidad que te ofrecen. Infórmales de la altitud de la montaña, describe el equipo que utilizaste, especifica el tipo de superficie y fija el tiempo que duró la escalada. No busques dejar al público boquiabierto. Si el público se queda boquiabierto, no será debido a tu apreciación de los hechos, sino a la suya. Tu mérito estará en la estadística y no en las inflexiones de tu voz ni en los ademanes enérgicos de tus manos. Estará en los datos y en la tranquila organización de tu presencia.
Evita las fiorituras. No temas ser débil. No te avergüences de estar cansado. Tienes buen aspecto cuando estás cansado. Parece como si pudieras seguir y seguir sin parar. Y ahora ven a mis brazos. Eres la imagen de mi belleza".



Y tu música:






Leonard Norman Cohen
Montreal, 21-09-1934/10-11-2016

Descansa en paz maestro.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Cualquier día, cualquier lunes.

Date prisa
que no quiero que llegues tarde,
abrígate más,
no te pongas esas botas,
lo hago por tu bien,
si yo no mirara por ti,
luego cuando llegues,
y no vengas tarde,
lo hacemos,
no, no me digas que no quieres,
si luego te gusta,
bien que te gusta luego,
no me digas que no,
o me vas a decir que no te gusta,
hoy me apetece comer judías,
estira bien las sábanas,
que sabes que no puedo dormir con arrugas,
deja, no cojas el teléfono,
ven que te de un beso, 
cómo me gustas, 
anda vete que si no no respondo,
ves qué bien cuando haces lo que debes,
si es por tu bien.

Si yo no mirara por ti.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Voy a dormir.



Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.

Ponme una lámpara en la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas, bájala un poquito.
A. S.








¿Y si me escapara por  alguna esquina,
cualquier noche de éstas? 
¿Y si me dejara llevar
por esa idea que me salta a los hombros
con tanta, tanta insistencia?  
¿Si decidiera, por fin,
salir de la obra? 
En silencio y aprovechando
cualquier lluvia.
  

Ya he vivido lo suficiente.

Tuve una infancia de colores
suaves,
y caminé por la juventud
subiendo y bajando por todos los toboganes
que me salían al paso.

Dudé una tarde y me mojé las botas 
de barro y caca de perro.
Abrí puertas cerradas
y cerré otras que se habían abierto para invitarme.
No huí cuando me avisó
aquel dolor en el costado
y esa cobardía me aplastó
y me dejó sin brillo el pelo
y los ojos descreídos para siempre.

Tuve grandes placeres,
me creí mejor,
pero me quise poco y no saqué las botas
del fango.
Me acostumbré.
He utilizado llaves prohibidas
y no grité cuando era eso
lo que me hubiera salvado.

Tengo ganas de escapar,
aunque sea tarde,
salir de la obra,
descansar tras las bambalinas,
arropada.
No mirar atrás.
Correr, aunque ya no sirva
para nada.
Detener aquí la novela
ya escrita y cambiar el final
a mi antojo.

Sí, cualquier noche,
en cualquier esquina,
aprovechando que no miran,

me dejaré llevar.  
En silencio.    





*Imagen tomada de la red.