miércoles, 1 de abril de 2015

De ansias y sosiegos. Desde Las Buganvillas.

91. Abril ya.

   Ya estoy bien. Gracias.
   Esto de los vértigos me pasa de tarde en tarde, pero últimamente más a menudo.
   Son avisos.
  A veces me disperso adivinando figuras extrañas tras las nubes o la puesta de largo de la luna, giro por senderos equivocados, me voy por los cerros de Úbeda, que dicen, y, cuando eso ocurre, el lago de mis oídos se encrespa, juega a ser olas y me mareo.
  ¡Por ahí, no!- me grita el vértigo protector.
  Y cuando pasa la náusea y el asombro, rectifico la dirección de mis pasos y todo vuelve a la normalidad,  hasta que las nubes me distraen o la luna juega con mi locura de nuevo.
   Pero hoy estoy bien.

  Abriendo la puerta, de ésta vuestra casa, al cuarto mes juntos. A ver cómo lo decoramos para que nos quede chulo.
  Sigo en Las Buganvillas, mi retiro de San Martín de Valdeiglesias.
  
  
 Paseos, torrijas, paradas en las terrazas abiertas al sol, como aves precursoras de veranos que llegan, cenas en el jardín con Matilde, mi tortuga.
  Hoy nos hemos inventado su cumpleaños y lo hemos celebrado a lo grande.
  Le hemos puesto 103 velas a la tarta de bizcocho y semillas de arándanos y puede que nos hayamos quedado cortos.
  Yo era muy chica, cuando volvió mi tío de Argentina, con su novia, pelirroja  y guapa, un armario mastodóntico de madera de sándalo rojo y la tortuga.
  Se llamaban las dos Matilde, la novia y la tortuguita y creo que me dijo entonces que perteneció a su abuela. Echad cuentas.
  La llevé escondida en mi bolso nuevo el día de la boda, para que los viera en el altar y actuara como testigo.

   Haro y Beppo también nos han acompañado en la fiesta.
   Mi madre y mi marido cantaban bajo las buganvillas amarillas del jardín.

 Prometo contaros algún día la historia de amor de mi tío con la argentina, una preciosa mujer de carnes bamboleantes y dulces, que llenó mi infancia de cuentos troquelados y tardes de circo.

  Ahora me voy a pasear por el monte que abraza al pueblo por los veinte puntos cardinales, a respirar tomillo y a declamar al viento un poema que llevo en la boca desde ayer y que pugna por nacer en este día primero de Abril.
  Sed felices.
  Ayudadme a componer esta nueva etapa.
  Se os quiere.

2 comentarios:

  1. Que lindo. Espero con ansia el relato de tu tío en Argentina.

    Besos.

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  2. Contaré la historia. Es fascinante. Un abrazo enorme, como mi tía, como el armario, como la vida.

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