jueves, 23 de abril de 2015

De ansias y sosiegos. Cuento de Nasrudin.

113. Un mini cuento. Un aperitivo.



     Con las zapatillas de huir y mi perro, recién bañado, nos hemos lanzado al descubrimiento de algún parque cercano que se nos haya pasado desapercibido. A investigar.

      A acumular paraísos.
    Hemos vuelto, una hora después, con la boca llena de golondrinas y rumor de hojas. Con la mochila vacía de indolencias. Con las manos sucias de recoger piedras redonditas y cristalitos de colores.
    Y ahora, con un café en la mano, me pide el cuerpo escribir un poema. 
    Mañana os lo recito, aupada en la amistad.
    Hoy, os dejo un cuentito breve. Una alegoría. Una breviatura.
    A ver si os gusta:


    

   "¡He perdido la mula, he perdido la mula, estoy desesperado, ya no puedo seguir así. No puedo vivir si no encuentro mi mula!
     Así lloriqueaba Nasrudín, recorriendo el pueblo buscando su mula perdida.
     -Aquel que encuentre mi mula- repetía,- va a recibir como recompensa... mi mula.
    Y la gente le decía:
    -Estás loco, has enloquecido, ¿perdiste la mula y vas a ofrecer como recompensa tu propia mula?
    A lo que él respondía:
    -Sí, porque a mí me molesta no tenerla, pero mucho más me molesta haberla perdido".



Que la vida os acaricie, tibia y prometedora, la espalda desnuda.
Que seáis felices.

2 comentarios:

  1. Es como la amistad infiel, prefieres verla en otro grupo- aunque duela- que perderla para siempre. Feliz día del libro.

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    1. Es una forma muy altruista y generosa de pensar. Dice mucho de tí. Un besazo. Feliz día del libro.

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