viernes, 3 de abril de 2015

De ansias y sosiegos. Ayer, en la procesión.

93. De hombres y abanicos.



Imagen tomada de la red.


    La miraba de nuevo. 
    Ella se humedeció los labios con cuidada picardía.
    Abrió con gracia el abanico y lo golpeaba tardo entre los pechos.
    Echó hacia atrás los hombros y elevó la barbilla lo suficiente para evitar algún pliegue traicionero del cuello.
    Miró entonces a su admirador.
   Justo en el momento en que él ya dirigía sus ojos, meloso, intenso, a la chica nueva y más joven de la asociación.
   Guardó con calma el abanico y los hombros recobraron su posición laxa.
   No recuerda cuando terminó la música ni cuando se iluminaron las farolas de la plaza.
     Pero sí lo resecos que tenía los labios. 


Desde Las Buganvillas, os deseo un viernes de lujo.
Desde Las Buganvillas, os envío mis deseos remotos y unas risas olvidadas.
Desde Las Buganvillas, os reclamo, para recobrar el hálito, para seguir sin atajos.
No me traje las zapatillas de huir.
Sólo me queda rezagarme en las esquinas. Temblona.
Pero días gozosos esperan ansiosos, deseando el grito.
Ya os invitaré.
Pura vida.

2 comentarios:

  1. En Abril, no se huye, es primavera, y hoy toca abanicarse.
    Toma aire puro en Las Buganvillas, y saboread este tiempo. Hoy sed buenos.

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    1. Tienes razón.como siempre. Te haré caso. Me abanicaré. Te envío unos abrazos de aire puro.

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