lunes, 27 de abril de 2015

De ansias y sosiegos. Susurrando a los caballos.

117. Domingo de lluvia, guitarra y caballos.


Cepillando a Rey Fad.
     No acompañó el día para que, un grupo de enamorados de los caballos, nos regalaran una exhibición para la que se habían preparado concienzudamente.
     Llovía, llovía con descaro y furia. Una lluvia insolente y silenciosa, que insistía tenaz, como si, en realidad, nos hiciera un favor a todos los que, al amparo de una estupenda chimenea, nos consolábamos con exquisitos bocadillos y cervezas fresquitas. Mirando hacia el cielo, al campo, al redondel perfecto de horizonte donde las pistas del desfile se adivinaban renuentes al acomodo de los caballos y jinetes.
  Montando a Señorito.

 Cepillamos a Señorito, a Rey Fad, a Tango, a Humo; recogieron sus crines en unas trenzas apretadas y brillantes, les dimos premios anticipados.
    Pero la lluvia no estaba dispuesta a despedirse.
    Y los caballos no pudieron ejecutar su marcha, el baile armónico para el que tanto habían ensayado.

Cuánto tiempo sin vernos, me decía.

     Pero no logró la inclemencia vencer la alegría de los que esperaban.

   Eduardo Palencia, se acomodó en un rincón del salón y con su voz agradable y penetrante, su música apasionada y melódica, invitaba a todos a seguirle, bailando al son de rumbas y sevillanas.
    Eduardo es un cantautor y artista, dueño poético de las Marismas, del Rocio y creador de unas letras que evocan todas las sensaciones.


Secretos que el campo otorga,

a quienes nacen camperos..

Siempre llevo en mis alforjas,

quemadas de sol y fuego..



Secretos que hacen que suene,

tu nombre cuando es el viento,

tu risa cuando es el agua,

de algún arroyito fresco...



Tu imagen puede ser nube,

y yo volar a tu encuentro.

Secretos que el campo otorga,

si tiempo le das al tiempo... 

http://eduardopalencia2015.blogspot.com.es/

Con Tango.

    Se pospuso el evento para tiempos más luminosos, más brillantes, más hermosos, como el cuerpo de los magníficos ejemplares que se quedaron allí, en el  Centro Hípico  Garrocha de Valdemorillo, esperando la mano amiga que les acaricie, les den palmadas de orgullo en el lomo y les susurre tras la oreja lo soberbio de su porte y su nobleza.

    Os prometo volver pronto, Señorito, Rey Fad, mis caballos españoles, pura raza. Pura vida.
   Y saldremos a galopar por las encinas, por la espalda del monte, bajo las nubes, hacia la linea azul del horizonte.
   Seguía lloviendo.
   Ya era tarde derrotada y seguía lloviendo, tras las risas.

4 comentarios:

  1. La lluvia caló los huesos. El campo ha de germinar. No hay mal que por bien no venga. Echa tu cabello al viento, imagina cabalgar. Un beso.

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  2. Así lo haré. Igual que en esta tarde de taller. Imaginar. Un abrazote.

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  3. Tú siempre estás cabalgando a lomos de la imaginación por esos senderos de la literatura, del que has tomado las riendas y el ritmo de su trote. Aquí te sigo, a pie y tras el rastro del polvo luminoso de tu palabra.
    Primitivo

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  4. Ya sabes, la imaginación, la loca de la casa, hay que dejarla que haga lo que quiera. Un abrazo abrileño.

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