domingo, 28 de junio de 2015

De ansias y sosiegos. Monólogo de una pastilla de jabón.

180. De amigas, jabones y teterías.


Mari Carmen y yo, después de la historia del jabón. En una tetería de Embajadores.


   La oigo limpiar el baño, a lo mejor hoy, cuando acabe, se lava las manos conmigo. Me estrena.
   A lo mejor hoy.
  Es que ya llevo aquí tres semanas, desde que su amiga me regaló. Anda que no se puso contenta. Y cómo me olía, a pesar de estar envuelta en un precioso papel reciclado y atadita con una cuerda brillante de raso verde:
    -Es jabón artesanal-, dijo Mari Carmen, la que me elaboró a partir de un popurrí de jabones de todas las nacionalidades y texturas,- está hecho con semillas de aguacate y glicerina de coco. 
   -Pero te conozco,- añadió- y no lo vas a usar. Sé que te dará pena. Pero ya verás qué suaves te deja las manos. Cuando lo gastes, te regalo otro.
    Y aquí estoy todavía, sin debutar, dentro de un cestito de mimbre, junto a otros jaboncitos con forma de corazón o de angelito. Y ya van tres semanas.
   A lo mejor hoy se decide.

   Ha apagado la luz y ha salido del baño. No ha habido suerte.
   -Espera, que suena el timbre de la puerta.
   Es ella, Mari Carmen, la amiga, la del regalo.
   Están charlando y creo, que tomando una cerveza. Anda que no les gusta.
   ¿Has usado el jabón que te regalé? - oigo que le pregunta.
  No logro escuchar la respuesta, pero se enciende la luz, Eloísa me desata apresuradamente del lazo verde, me despoja de mi envoltorio de papel reciclado y me estruja con suavidad entre sus manos, debajo del grifo, con agua calentita.
   -Qué gusto!  Hago mucha espuma y doy vueltas y más vueltas entre sus dedos. Se aclara con más agua y me deposita con cuidado en la cestita, entre los corazones y angelitos sin estrenar.
   Sale. Le dice algo a su amiga. Ríen. Toman más cerveza.
   Me siento bien. 
   Importante.
   ¡Y cómo huele ahora el baño!

   La casa está en silencio, se han ido, creo que a una tetería de la Ribera de Curtidores. 
   Eso es lo que he oído.
   Hoy ha sido mi gran día.
   Ya me he estrenado. 
   Mi primera vez.




4 comentarios:

  1. Por eso yo te regalo libros. Se que nada más caer en tus manos se hojean.

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    1. Ja, ja, haces muy bien, se hojean, se ojean, se manosean, se huelen, se usan, se colocan al lado, se leen. Haces bien, digo, sigue así. Un abrazote tremendamente usado.

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  2. Los regalos deben estrenarse, porque a veces pierden la esencia. Buen día.

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    1. Totalmente de acuerdo. Luego, cuando volví de la tetería, el jabón me echó una bronca y me hizo recapacitar. La pena es que, de tanto usarlo, ya no está, Un beso sin usar. Todavía.

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