lunes, 22 de junio de 2015

De ansias y sosiegos. Sevilla tuvo que ser y primer día de verano.

173. Viaje fin de curso con amigos.


"En Sevilla, la música está en todas partes y todo el mundo se siente involucrado."


Mujeres a bordo.
   
    Y nos fuimos a Sevilla.
    Para celebrar el fin de curso. Los aprobados y las matrículas de honor.     El comienzo del verano. Para sentir el calor del estío y de la compañía.    Y para oler todas las naranjas amargas que nos encontráramos en el recorrido.
    Para pisar con garbo el albero, abanicarnos con avaricia y navegar lento por el Guadalquivir.
    Para admirar la Catedral desde todos los ángulos y acariciar el belfo de los caballos que nos esperaban para pasearnos por el barrio de Santa Cruz. Para tomarnos un salmorejo bajo árboles milenarios y emborracharnos de la noche con guitarras y sorbitos continuos de manzanilla. 

Bajo el sol de Sevilla. Con Sagrario y Marimar en la plaza de España.


Dos de mis chicas del taller de escritura. Elvira y Angelines. Dos cielos.

    Y con el síndrome de Stendhal a cuestas, ante tanta maravilla, nos fuimos, el domingo,  a comer a Zafra, la Sevilla chica, la de las dos plazas, unidas como hermosos y pétreos vasos comunicantes, la de los secretos y silencios de cilicio, como nos "nalguearon", detrás de la vara de medir, esculpida en una de las columnas berroqueñas, bajo uno de los arcos, a la sombra.
   Allí comimos.
   A la vuelta, nos apeteció hacer una parada en Trujillo. Dónde mejor. 
   Fotos en la plaza, bajo la antigua mirada de Don  Pizarro. Y subida a las alturas para conversar un rato con las cigüeñas. Ellas nos contaron.




 Tomando el aperitivo en Zafra, con mi gente guapa de la Casa cultural de Castilla-la Mancha.





Marimar, Andrés y Juani, responsables de Universidad Popular de Leganés. De rodillas, Rafa "el payaso", indispensable. Jefe de la alegría y la algazara de todos los eventos.


Rafa, bien acompañado en la plaza de Trujillo.

   Llegamos ya comenzando la noche. Los autocares, tripulados por dos excelentes conductores, Patricio y Anastasio, dos hombres elegantes y buenos profesionales, que compartieron con nosotros las comidas y las risas, nos dejaron en el punto de partida. 
   El ruido de los equipajes se repartió por todas las calles de Leganés.    Cada viajero a su casa, a relatar a los que esperaban lo visto. 
   A mostrar las fotos que se han hecho en todos los rincones. A contar el calor, el olor del jazmín y las canciones.  A enseñarles el mausoleo con los restos de Colón, la ciudad amada de cada cual en la plaza de España o los colores pastel de la Macarena.
   A deshacer maletas y distribuir recuerdos.



Amigos, ya estamos en el kilómetro 0 del verano.
Vamos a recorrerlo despacio. 
Disfrutando del camino.
Viviendo.




6 comentarios:

  1. La alegría va donde vosotros estéis. Es igual Sevilla que cualquier otro sitio. Siento habérmelo persido. Otra vez será

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  2. Más lo hemos sentido nosotros. Pero habrá otros viajes, por supuesto. Un besote para unos amigos especiales. Mi Cathy y mi Andrés.

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  3. Sevilla, hasta el nombre suena bonito. Un abrazo

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    1. Y hace honor a su nombre. Ya tú sabes. Abrazos vestidos de faralaes.

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  4. eres unica como el biter kas, TESORETE TQM ME AYUDAS A CAMINAR

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    1. Es que da gusto caminar a tu lado. Sigue así y cuídate, queremos que sigas alegrándonos la vida, completando tan a tu aire los viajes y los eventos. Abrazotes.

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