sábado, 16 de mayo de 2015

De ansias y sosiegos. Llegamos a O´ Cebreiro. Acabamos.

136. Consumatum est.


Caballos en el camino de subida. Y nos detuvimos para la foto.


   Emprendemos, satisfechos y necesitados, la última etapa. Todo nos ha sabido a poco. Hoy ascendemos a lo alto de Galicia, subimos, nos elevamos, tocamos casi el cielo con las manos. Nos cuesta. 




 Jose Luis, Mari Carmen y yo.


 En O´Cebreiro nos esperan Caty y Diego, han madrugado hoy para que su llegada y la nuestra coincidan, para esperarnos y compartir el sabor de la meta, el triunfo, el premio de las sonrisas de catorce peregrinos-amigos que han vivido una semana que queda tatuada para siempre en sus sienes y en su piel.

Mari Carmen Adán haciendo poesía.
   
  Anoche en el albergue tuvimos asamblea.
  Hablamos del goce.
 Del camino. De la dureza del tramo pedregoso, de la sed y del desamparo.
  Hablamos de próximos encuentros. Lloramos.
  Mari Carmen Adán, como todos los años, nos tenia preparado un poema, pergeñado en principios de noches, durante los pasos perdidos, mientras andaba. Nos lo leyó.
Os lo recito:

"Camina la noche lenta
y el alba se despereza
tras los campos y las huertas.

La espadaña de la Iglesia,
al sonar de la campana
resuena con estridencia.

En la torre, las cigüeñas,
en asombroso equilibrio
despiden a las estrellas.

Canta el gallo y el silencio
se quiebra como el cristal
en irisados fragmentos.

La sala bulle de vida:
mochilas, sacos, bastones.
La luz, por fin, encendida.

Ya salen los caminantes,
con el sueño en las pupilas
y el corazón anhelante.

Por los campos de Castilla,
como el Cid o Don Quijote,
polvo, sudor y fatiga.

Caballeros sin su silla,
sin Babieca o Rocinante,
cabalgando en zapatillas.

No les detiene el cansancio,
ni les rinde la fatiga.
La meta se alcanza andando.

Sin volver la vista atrás,
como dijo aquel poeta,
se hace camino al andar.

El yantar en el camino,
una sombra protectora,
una tortilla y buen vino.

Ya la tarde está cayendo,
el cuerpo pide reposo
para seguir resistiendo.

Un sueño reparador,
una sonrisa en el alma
y paz en el corazón.

Caminante, caminante,
que vas hollando el camino,
el andar será la fuerza
que forjará tu destino".

   Con este precioso panegírico de las jornadas vividas, nos fuimos a dormir, con la miel y el olor del verso entre las comisuras de los labios.



La lavadora, jubilada, se dedica a mirar a los peregrinos.


Ya Galicia. Vicente, Mari Jose, Andrés F., Andrés G., Juani y Loli.

   Y ahora escribo esto desde Lugo, "la muy noble y leal ciudad", la romana, la más antigua de Galicia, la enigmática.
   Hemos comido y vamos, todos, a apurar este sábado nuevo hasta hacerlo nuestro para siempre.
    Esta noche, fiesta.

    Mañana descansamos, como Dios.
    Mañana, volvemos al origen.
    Regresamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario