jueves, 30 de julio de 2015

De ansias y sosiegos. Asiole Dorpa. Día 11.

211.  Hoy la portería se viste de azaleas y de versos.                                      


    Acababa de salir de la ducha cuando han llamado a la puerta. Pensé que era AndrésG. el fontanero, le llamé ayer, pero era Angustias, para traerme una maceta de azaleas y un libro. Dice que es por lo bien que me he portado con ella mientras ha estado en el hospital. 
    Tiene una terraza llenita de azaleas, es la flor que más le gusta. No digáis nada, pero he llegado a pensar que si a su marido no "le perjudicó" hasta la muerte la toxicidad de dichas plantas. Como le tenía tan harta. La he colocado en alto para que Frida no la toque y en cuanto a Barrigas, le he dicho que no se acerque a ella. Ya veremos.
     El libro, me dice que se lo dejó olvidado en el hospital la mujer de la cama de al lado. Y como ella no lee, me lo ha regalado. Le echaré un vistazo.


     Hoy tengo mucho trabajo. Limpiar la escalera y todo eso. Así que os dejo el poema que escribí ayer en la cafetería. 
      A ver si os gusta.

                                                     Cuando el día se vuelve noche,
cuando la luz de los ojos se cubre
con el sudario de la desesperanza,
cuando la colección de velas apagadas
va ahumando la silueta de los hombros,
exhibidos en escaparates fatuos,
regados con prepotentes y altivas
mentiras,
cuando me emborracho,
cuando río sin motivo,
cuando lloro porque el asombro me invade
con raíces profundas,
devastadoras.

Cuando el día se vuelve noche,
cuando la noche se resiste,
cuando la alegría tiene que callar,
cuando la luz de los ojos recupera
su brillo,
tercos, vehementes.

Cuando gozo a solas,
ocultando la dicha
de vivir…

Cuando paseo por el bosque,
por la orilla del mar,
por el borde de la cama,
al filo del precipicio,
cuando me emborracho de miradas,
cuando no puedo dormir,
cuando sonrío, agotada,
con los ojos cerrados.

Cuando la noche se resiste,
cuando regresa el día,
cuando despierto.




Estoy reventá.
Hasta mañana, amigos.
Y amigas.






2 comentarios:

  1. Cuando resoplo cien veces, cuando el insomnio es displicente,cuando la noche me escucha pero no me ayuda. Me armo no sé de qué e intento decir buenos días a la Aurora. Siempre pienso que no llegaré a escribir bien, nunca. Tal vez mañana Asiole nos conozcamos. Le avisaré. Un abrazo.

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  2. Pues a mi me ha dicho Eloisa, hablando de usted, que ya escribe bien. O sea que... Un beso grande y venga aunque no me avise.

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