martes, 4 de agosto de 2015

Las cuitas de Asiole. Día 16.

216. Vaya martes que me espera.



     Pues nada que me dice mi tía que ha venido, (sin avisar), para visitar a unas amigas de la Universidad, que se han reencontrado por facebook, y que han hecho una quedada con unas cuantas más.
    Así, como os lo digo. Hoy se van a reunir para comer y echarse unas risas recordando.
     No le he preguntado cuántos días va a quedarse. Poco a poco.
     Hay que dosificar las sorpresas.


   Mira hoy tampoco se me presenta el día tranquilo. Me toca limpieza general y cobro de recibos.
    Esta mañana, mientras hacia la cama de mi tia, (no le he dejado que la hiciera ella), he pensado que no os he descrito mi casa.
   El portal es regio, ya os lo dije, y que el ascensor se merece el tratamiento de alteza, también.
    La entrada a mi casa está a la izquierda y tiene dos habitaciones, la mía y la de invitados, (para las sorpresas), allí tengo todas las paredes forradas de libros, mi mesa de hacer poemas y el ordenador desde donde os escribo, y un sofá cama, que cuando no se usa, está repleto de cojines que me regalan de todas las partes del mundo.


    Tengo un saloncito muy pequeño, un baño regular y una cocina enorme que se abre al patio de flores que ya conocéis. El Paraíso de Frida y el salto a la aventura de Barrigas.
     Entré en esta portería hace once años, ya recién separada de Alberto.
   Alberto ya tenía, por entonces, a Carmela. Esto ya os lo contaré más despacio. Menudo cara.
    Tengo que dejaros.
    Os prometí ayer acabar con las presentaciones de los vecinos.
    Mañana será otro día.
    Creo que mi tía se ha dejado el monedero olvidado debajo de un cojín.        Voy a llamarla.
     Os quiero.

2 comentarios:

  1. Me encanta, se me pone una sonrisa, que me dura todo el día. No trabajes demasiado, Madrid en Agosto es para disfrutarlo. Te deseo lo mejor. Besos.

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    1. Negra estoy con estos calores. Lo de tu sonrisa me ha dado mucho gusto. Abrazos frescos y cariñosos.

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