sábado, 15 de agosto de 2015

De cuentos de la Matute. De sábado. Asiole día 27.

227. El niño que no sabía jugar.


     Buen sábado amigos.
    Os dije que compartiría con vosotros un par de cuentos más del librillo de Ana María Matute, antes de regresarlo a su lugar en la estantería.
     Pues aprovecho que hoy y mañana son días feriados y los pongo.
     Es que estoy, estos días, haciendo manualidades.
    Ya os comenté que, de vez en cuando, coloco encima del mostrador de la portería algunas cosillas, para que mis vecinos se sirvan y cojan lo que les apetezca. 
    Mirad que colgantes de las muñecas gorjuss he hecho para las hijas de Luis.


    ¿No están mal, verdad?
    Si venís a verme, podréis elegir la que más os guste. 
    Os dejo con el cuento. Os dejo hasta mañana.
    Os dejo, pero no os dejo.
    No podría. 
    Me voy a poner el sombrero para  tomarme  una copita de chablis que me trajo mi tía. A vuestra salud. 
    
    El niño que no sabía jugar.


     Había un niño que no sabía jugar. La madre le miraba desde la ventana ir y venir por los caminillos de tierra con las manos quietas, como caídas a los dos lados del cuerpo. Al niño, los juguetes de colores chillones, la pelota, tan redonda, y los camiones, con sus ruedecillas, no le gustaban.        Los miraba, los tocaba, y luego se iba al jardín, a la tierra sin techo, con sus manitas, pálidas y no muy limpias, pendientes junto al cuerpo como dos extrañas campanillas mudas. La madre miraba inquieta al niño, que iba y venía con una sombra entre los ojos. «Si al niño le gustara jugar yo no tendría frío mirándole ir y venir». Pero el padre decía, con alegría: «No sabe jugar, no es un niño corriente. Es un niño que piensa».
     Un día la madre se abrigó y siguió al niño, bajo la lluvia, escondiéndose entre los árboles. Cuando el niño llegó al borde del estanque, se agachó, buscó grillitos, gusanos, crías de rana y lombrices. Iba metiéndolos en una caja. Luego, se sentó en el suelo, y uno a uno los sacaba. 
   Con sus uñitas sucias, casi negras, hacía un leve ruidito, ¡crac!, y les segaba la cabeza.






2 comentarios:

  1. Ya lo creo, pensaba y actuaba. El mundo es una incógnita y el ser humano, su hermana. Que te siente bien la copa y brinda por..lo que quieras. ¡Feliz 15 de Agosto.! abrazos festivos.

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    1. He brindado por un carpe diem continuo. Oh, capitán mi capitán! Besotes.

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