lunes, 31 de agosto de 2015

Donde no puedas amar, no te demores. Lunes. Asiole Dorpa.


243.  Y se nos va Agosto, sin volver la mirada. Y sigo tierna.


     Último día de Agosto.
     Se va, se va.
     Antes de nada deciros que Maribel está bien. La operaron y se encuentra tranquila en el hospital. Acabo de llegar de verla. El italiano está missing. Lo que os dije, no va a dar la talla. 
     En lo bueno, ahí están y, cuando las cosas se tuercen, muestran lo flojos que suelen ser. No falla.
     Pues yo sigo boba.
    Os dije, el día que me presenté, que era sociable y solitaria, alegre, pero con arranques de melancolía, que no soy excesivamente pasional.      Alberto me dejó por otra, me trajo a Barrigas en su lugar y, sin embargo, ya veis que me llevo bien con él. No sé, es como si fuera mi colega fiel, que sé que siempre va a estar ahí en caso de apuro y no como el italiano. En fin.
    El caso es que esta mañana he madrugado mucho, he limpiado el portal, he repartido la correspondencia y me he ido a ver a Maribel.
    A la vuelta, me he tomado un café en el bar de los tristes y, me he demorado algo más, porque tenían puesta una música nostálgica y blandona.


     Sigo pensando en Angustias y el Sr. Andreas. Sigo pensando en que tengo que dejar pronto esta cita diaria con vosotros. Y estoy ñoña.
    Me he puesto a mirar libros, por hacer algo, y me encuentro con este poemilla titulado Adolescencia, de Juan Ramón Jiménez.

En el balcón, un instante
nos quedamos los dos solos.
Desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios.
-El paisaje soñoliento
dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño-
Le dije que iba a besarla,
bajó, serena, los ojos
y me ofreció sus mejillas,
como quien pierde un tesoro.
-Caían las hojas muertas,
en el jardín silencioso,
y en el aire erraba aún
un perfume de heliotropos.
No se atrevía a mirarme,
le dije que éramos novios,
y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos.

   Ya veis, nada que ver con mi presente, con mi edad, pero... 



     Y para remate aparece Mislav, el croata, el técnico del ascensor, el poseedor de esas manos, el que domina tantas lenguas, el que me pidió salir hace apenas dos semanas.
    Me dice que está revisando los ascensores de toda la manzana, me dice que estoy guapa y me invita a un café.
     No quiero café.
     No sé lo que quiero.
   Me acerca la cara y, como si me ofreciera un secreto, me habla en francés.
    Lo he entendido todo.
    He entrado en mi casa y me he servido un chablis bien frío.


...Y en el portal, un instante,
nos quedamos los dos solos...
... me dijo que iba a besarme...





Mañana es Septiembre amigos.
Pronto el otoño.
Enamoraos.




* cuadros de John_William_Waterhouse.

4 comentarios:

  1. Hoy ha puesto Ud la guinda al pastel. Vaya despedida de agosto, no me extraña que esté tierna, yo casi me derrito. No sabe Alberto lo que se pierde. Seguro que Eloísa le hará contrato fijo, yo intercederé para que así sea. Septiembre es especial para mí, le haré caso, habrá que enamorarse. Un montón de besos y gracias por todo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y encima ahora mismo se ha puesto a llover. No puede ser el momento más nostálgico. Vamos a comenzar Septiembre enamoradas amiga. De lo que sea. Un abrazo de verdad.

      Eliminar
  2. Sabes que no soy de poner nada, pero hoy me atrevo para que sepas que te sigo. Me encanta, Un beso. Te llamo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Loado sea el señor! te has atrevido? Mil besos. Agradecida. De verdad. Te llamo yo.

      Eliminar