Toda una vida sin quererte
es mucho tiempo.
Es malgastar el agua
y los relojes.
Andar descalza sobre brasas heladas,
al filo del odio y el fracaso.
Sentir frío en las entrañas
y tener sueño a todas horas.
Dormir para despertar niña
y jugar de nuevo con las coletas y las nubes.
Encontrar entre aquellos lápices exhaustos
la calma y detenerme
para hallar el lugar
donde permanece el hueco.
Sin querer, se hace largo hasta un minuto y nada tiene sabor aunque sepas que al fin el fin es nuestra meta. Un abrazo con cariño.
ResponderEliminarMenos mal que con la poesía se barniza todo. Ya lo hablamos en los talleres. Un abrazo.
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