jueves, 19 de noviembre de 2015

De ansias y sosiegos. Tres palabras.

324. Un relato de viernes.


Buenos días, corazones.

Es temprano.
Tengo algo de prisa.
Me voy a Villa Favorita.
Tengo las bolsas esperando y a Haro nervioso.
Me observa un fin de semana de colgar cuadros y de paseos, de escuchar poesía y de reencuentros deseados.
De saludos cálidos en la calle Cervantes.
De besos en la plaza. De desayunos con volteo de campanas.
Todo esto en Villanueva de los Infantes.
Sola, con Haro. Aquí se queda el resto de la familia.
Es mi escapada. 
Mi momento, como diría aquella.

Os dejo un micro que no recordaba.
Para leerlo mientras os ponen el aperitivo.
Al loro:



"Me pide mi nieta que la ayude. Tiene que hacer un relato con las palabras papámanos y reina.
Es la hora de la comida y la lavadora ha terminado.
Por la tarde tengo médico. 
La artrosis que me está matando.
Y todavía no he hecho el baño.
—Venga Lucía cómete los macarrones que hoy tengo prisa—, ¿te has lavado las manos?
Mientras mi nieta come yo tiendo la ropa y le doy un tiento al inodoro con lejía.
   ¿Te has tomado el yogur?
Le atuso las trenzas y llamo al ascensor.
   Mira reina yo me voy al médico, pórtate bien que luego viene a buscarte tu papá.
   Abueli— ¿y el relato?
—¡Ay hija, para relatos estoy yo!"


Si vierais como me mira Haro. Impaciente. Tiene la correa en la boca y el rabillo con vértigo. Deseando montar en el coche y enfilar hacia el pueblo.
Le gusta tanto como a mí el refugio.
Se siente quijote. Se siente en "el lugar".
Vamos hermoso.
Vamos.




2 comentarios:

  1. Si escribiéramos nuestros soliloquios, los diálogos con la pared y los pensamientos. Seguramente, el librito resultante seria un excelente relato. Buen día señora viajera de prisas, ansias y sosiegos. Buen día.

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    1. Pues ya sabes, sería un estupendo trabajo de monólogo interior.
      Un abrazo sin prisas.

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