"Las palabras son todo lo que tenemos".
Samuel Beckett.
Buenos días, corazones.
Hoy tengo taller. De escritura. Creativa.
Dice un proverbio árabe que una palabra dicha se convierte en un cuento.
Así, en la aldea se juntaban por las mañanas todas las mujeres en la orilla del río, y hablaban entre risas y trabajos. En una ocasión, una le dijo a la que tenía a su lado: "Mi marido me regaló unos pendientes de oro".
Ésta le susurró al oído a otra mujer: "A Zulma, el marido le regaló unos pendientes de oro y brillantes".
-"Qué suerte tiene ésa que nosotras no tenemos", dijo esta última a otra, agregando un brazalete a la lista de regalos.
Y la envidia trajo la desconfianza.
"Vaya uno a saber de dónde sacó eso el marido", dijo una.
Y otra:"A alguien se lo habrá robado".
Alguna agregó: "Claro, con razón el marido sale de noche, dicen que trabajó en palacio..." "Y como es guapo, la princesa se habrá enamorado de él y le habrá dado la joya..."
"Tal vez por eso el rey le construyó un palacio aparte con altos paredones..."
Y llegó a oídos de todo el pueblo que el esposo de Zulma tenía un idilio secreto con la princesa.
¿Quieres continuar?
¿Se te ocurre un final?
Pues vente hoy con nosotras.
Verás.
"Escribir para explorar lo indecible, para trascender el propio yo, para interesar al otro, para no quedarse callado, para ser feliz. Escribir permite rectificar la vida y poner en marcha todo aquello que no hemos podido protagonizar".
Hasta mañana soñadores.
Hasta mañana soñadores.
Un día, bien entrada la noche, una de las mujeres del grupo de lavanderas tuvo un accidente. Rápidamente fue trasladada al hospital de la ciudad más cercana. Su sorpresa fue que, el médico que le estaba salvando la vida era el marido de Zulma. La envidia lleva a la calumnia y la calumnia corroe y hunde al ser humano. Un abrazo de cuento.
ResponderEliminarMuy bueno querida anónima Toñy. Eso se podría desarrollar luego en los talleres. Otro abrazo de cuento con final abierto.
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