jueves, 19 de noviembre de 2015

De ansias y sosiegos. Rafael Simarro Sánchez.

    323. Un poema prestado.      

Buenos días, corazones.


Anoche llegué tarde a casa. Poesía, cervezas, charlas, amigos, encuentros.
Era madrugada cuando apagué el ordenador y me fui a la cama con un libro. Esperaba encontrarme allí, agazapado entre las sábanas,  al sueño.
No estaba. 
Después de escuchar un rato largo la radio y acabar el libro me levanté.
En el cielo, cuarto creciente.
Entrada número 323. Comienzo...
Y me encuentro con este poema de don Rafael Simarro. Hace poco escribí sobre su padre, don Rafael Simarro Fernández de Sevilla. Los dos de Villanueva de los Infantes.
Allí donde, recordáis, tengo mi Villa Favorita, mi retiro, mi paz. Mi punto de encuentro.
Y tomo prestado el poema.
Y os lo recito lento.
Escuchad:


                                           
                Del sendero al inicio desnudo, 
en las hojas su beso de plata, 
descendiendo en el rayo de luna
se abría tu escala.

Depurada a sí misma, ligera,
diagonal como vuelo de garza,
sin su lastre de barro en las plumas
sentía mi alma.

Alto mar de atolones de dicha
semejaba la noche estrellada...
Al andar, mis pisadas de hombre
cual nubes flotaban.

Con los sueltos cabellos sedosos
y ceñida en tu túnica blanca,
la sonrisa y la mano dispuestas,
allí me aguardabas.

Yo, juntando mis labios ardientes
a tu rostro de luz y de nácar,
en la rosa inmortal de tu aliento
bebía tu savia...    

¡Cómo duele volver a la vida,
despertar en un lecho de lágrimas!
¡Y esperar otra noche, otro sueño,
mi amor que te traiga!        
                                                                                   



Doy las gracias al maestro Rafael Simarro Sánchez desde aquí.
A vosotros os emplazo mañana.
Ahora vamos a recorrer, Haro y yo, esta inquietud, para espantar al miedo, para buscar el comienzo. A través del bosque, entre árboles severos, obviando el mensaje. 
Para ver.
Vamos a vestir este jueves de fiesta.
Intentarlo al menos.



*Imágenes tomadas de la red.

4 comentarios:

  1. Vestiré el jueves de fiesta, aunque Alberto no llegue a mi mente, pediré a mi amante el insomnio, que me ayude, esta noche de cuarto creciente. Nunca seré poeta, no sé. Un abrazo.

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    1. Nunca serás poeta? Ya lo hablamos en el taller doña. Y ya estás llamando al Alberto. Un abrazo con sueño.

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  2. Muchas gracias por este detalle, es muy lindo.

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    1. Gracias a vosotros. En mi clase de todo de la casa de Castilla- La Mancha, aquí en Leganés, donde soy monitora voluntaria por la Universidad Popular, estamos leyendo vuestros poemas. Un lujo.

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