martes, 17 de noviembre de 2015

De ansias y sosiegos. La lengua de tu madre.

321. María, María.

Buenos días, corazones.


Estoy colocando libros y tengo poco espacio. 
Mal rollo.
No encuentro hueco para todos y, a ratos, me veo con los brazos llenos de volúmenes que no encuentran acomodo.
-Éstos van a la biblioteca del pueblo-, digo en voz alta,- y los libros comienzan a quejarse porque no quieren separarse de sus hermanos.
Luego llegan allí, y se dan cuenta que tampoco se está mal, porque tienen más espacio y además se reencuentran con viejos amigos.
También allí, en mi biblioteca de Villa Favorita, tengo que decir que el número de libros va in crescendo y el problema no deja de existir.
Se me acaba de rebelar uno, que no quería irse y me ha dado un golpe en el pie bastante serio. Me he tenido que sentar.



Lo hojeo para intentar calmarlo y poder meterlo en la caja del traslado.
Es La lengua de tu madre, de Stephen Burgen.
Lo abro. Página 77.

"Al cristiano le gustan humildes y serviciales; al musulmán también y preferiblemente envueltas en tela y lo primero que hace el judío por la mañana es dar gracias a Dios por no haber nacido hembra.
Filósofos, místicos y religiosos concuerdan todos en una cosa: las mujeres son malas, son el origen del pecado y de la desdicha. Aristóteles, uno de los pesos pesados del pensamiento de todos los tiempos, veía a la mujer como una deformación. Nietzsche dijo que la mujer era el segundo error de Dios. San Juan Crisóstomo, se preguntaba, ¿qué es la mujer, sino la enemiga de la amistad, un castigo ineludible, un mal necesario y un peligro doméstico?
Continúa el capítulo diciendo que la podredumbre empezó con Eva. Según Tertuliano, uno de los primeros padres de la Iglesia, la mujer es la puerta del diablo que, con sus palabras zalameras, debilita al hombre.
Antes de cerrar con cuidado el librito alcanzo a leer que el Levítico sentencia que la mujer está sucia durante cuarenta días después del nacimiento de un hijo y ochenta tras el acto aún más asqueroso de dar a luz a una niña y el veredicto de Juan Pablo II en 1988, en el sentido de que es preferible que un hombre seropositivo contamine a su esposa a que se ponga un condón".



El colgante del techo del estudio, se ha vuelto loco de repente, dando bandazos y sonidos graves, como si un vendaval hubiera irrumpido en la habitación. Las ventanas están cerradas.
Estaba leyendo en voz alta.
Ha debido ser eso.
¿Qué hago con el libro?



10 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Antes de hacerlo, quiero, por curiosidad malsana, seguir leyendo y compartiendo sentencias de nuestros sesudos antepasados. O no tan antiguos. Abrazos de biblioteca.

      Eliminar
  2. Vaya dilema. Cierra los ojos, piensa en lo que acabas de leer,¡ ábrelos! Haz lo que se te halla venido a la mente, acertarás. Yo tengo claro lo que haría. Siempre digo que un libro es un tesoro pero, a falta de espacio no hay que atesorar todo todo lo que lleve cubiertas, aunque lo escriban insignes sabios, si estos son estúpidos, no merecen la pena. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, voy a romper una lanza a favor del Burgen. Es un libro dedicado básicamente a los tacos e improperios de Europa y es bastante curioso. Quizá os suba alguna anécdota, si me atrevo. No, definitivamente y a pesar de los pesares, no lo voy a tirar. ¡Es un libro! Abrazos. Lo voy a llevar al taller.

      Eliminar
  3. Bueno, guárdalo en el último estante de tu librería en la segunda fila, no como buen recuerdo, sino como algo olvidado. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si lo pongo ahí, se pondrá contento, porque está convencido que lo voy a meter en la cajas que van al pueblo y está acojonado. Un saludo. Ya veremos.

      Eliminar
  4. ´Vaya, Eloísa tenemos el mismo problema; la buhardilla y las distintas habitaciones de mi casa acumulan tantos libros que de cuando en cuando debo hacer mudanzas de estanterías. Yo lo paso mal. Los libros también. Pero he encontrado la excusa perfecta: los libros viajan hacia las casas de mis hijas: ellas también son lectoras voraces y deben preservar el formato papel frente a la asepsia del libro digital. Excelente reflexión en tu blog. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. La verdad es que hay otros medios, como cogerlos de la biblioteca o el libro digital, que me lo regalaron en su dia, pero no hay manera, los libros nos atraen sin remisión. Aunque a veces nos desborden. En fin. Le envío otro abrazo grande de vuelta.

      Eliminar
  5. Tengo el libro y es realmente curioso, aún que haya partes que te disgusten.... Leelo.

    Besos desde México!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, eso es lo que he hecho y es interesante, lo digo en un comentario anterior. Gracias por seguirme desde ese lugar hermoso. Un abrazo.

      Eliminar