sábado, 14 de marzo de 2015

De ansias y sosiegos. Sábado con mensaje.


 73. El roble que descubrió su corazón.

   Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos eran felices y estaban satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: No sabía quién era, ni para qué estaba ahí. "Lo que te falta es concentración", le decía el manzano. "Si realmente lo intentas, podrías tener sabrosas manzanas. ¿Ves que fácil es?" Y le enseñaba sus atractivas manzanas. 







   "No lo escuches", le exigía el rosal. "Es más sencillo tener rosas ¿Ves que bellas son?". "Pero mis naranjas son más sabrosas", añadía el naranjo. Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.     Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: "No te preocupes, tu problema no es tan raro, ni tan grave. Es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra.    Yo te daré la solución: No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas... Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior". Y dicho esto, el búho desapareció. 



  "¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...?" Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto, comprendió... Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: "Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión. ¡Cúmplela!". Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín completo fue plenamente feliz. 





 Que este sábado, único e irrepetible, os deje buen sabor de boca.
Hasta mañana.

4 comentarios:

  1. Me gusta recordar estos cuentos que ahora en tu muro, vuelven a cobrar fuerza. No escuches a los rosales, manzanos o melocotoneros. ¡Sé Elo!
    MC

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    1. Se intenta, se intenta, pero, a veces, no se consigue. Besotes.

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  2. El rosal es bonito, pero el roble, el roble es bello, te abriga, te cobija, te esconde, y sabe de tu historia. yo, lo venero.

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    1. Y yo te venero a ti, querida anónimo. Un besote y felices escritos.

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