lunes, 30 de marzo de 2015

De ansias y sosiegos. Filosofando.

89. De  Schopenhauer y Marx.


     Schopenhauer fue un misántropo incorregible durante toda su vida.        Con la edad, se convirtió en un viejo gruñón y cascarrabias que se entendía mejor con su perro Butz que con los miembros de su propia especie. Lo trataba con más deferencia que a muchas personas y no era raro encontrarlo hablándole al perro como si éste pudiera entenderle.
   Claro que, a veces, también se enfadaba con él. Entonces lo increpaba con uno de los insultos que Schopenhayer imaginaba más humillantes: "¡Humano!"

   Karl Marx pasó buena parte de su vida investigando en la Biblioteca del Museo Británico. El objeto fundamental de su estudio no era otro que desentrañar las características de la sociedad capitalista.
   Finalmente, sus investigaciones culminaron en la publicación de la que se considera su principal obra: El Capital.
   Pero con tanto investigar, Marx desatendió el cuidado de otros aspectos más cotidianos de su vida. Él y su familia vivieron siempre en unas condiciones bastante humildes, (su principal fuente de ingresos eran los artículos que escribía para  algunos periódicos y la ayuda que recibía de su amigo y colaborador F. Engels).
   De ahí que, algún tiempo después de su muerte, su hija Jenny Marx, comentara: -Ójala mi querido padre hubiera pasado algún tiempo adquiriendo capital en lugar de limitarse a escribir sobre él.

Haro y Beppo.

    Desde San Martín de Valdeiglesias, mirando a mis perros y con una cerveza en la mano, me llega un vientecillo  filosófico por el callejón de la derecha. Chismes de mentes privilegiadas.
   Y os los dejo aquí.
    ¡Camarero, por favor, otra ronda!
   A vuestra salud.
   Hasta mañana. Pura vida.

2 comentarios:

  1. Misántropos, sociables... ¿Somos así o nos ven así?
    MC

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  2. Días pares, días impares. Una cosa u otra. Abrazos pringosos de sociabilidad.

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