7,45 h. de la mañana.
Encima de la mesa de mi estudio un café, una rosquilla (hija única), un poemario de Gil de Biedma: "A qué vienes ahora, juventud, encanto descarado de la vida"; acabando "La gente de July" de la Gordimer; releyendo algunos pasajes olvidados de "El hombre que fue jueves" del Chesterton y anotando, según se me va encendiendo la bombilla, algunas ideas.
10,37 h. de la mañana.
La cabeza como un bombo. Me planto un vaquero y le hago a mi perro una señal para formalizar el paseo. Mueve el rabillo y sonríe. Es feliz. Y no ha leído "Pandémica y celeste".
Es mi héroe!!!
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