miércoles, 14 de agosto de 2013

Mientras, escribía.

Todos los días iba a tomar un café. A veces, por la noche, una copita.

Mientras, escribía.

De allí salieron sus mejores relatos. Los más escondidos poemas.

Los fines de semana se atrevía a tomarse unas cervezas en la terraza con vistas al 

infinito y a la ermita abandonada.

Ya tarde, más allá del lubricán, se dejaba invitar por los dueños. Siempre sorpresa.

Todo eso envuelta en los murmullos, la música y las risas de los parroquianos.

Frases escapadas de arte taurino, de pintura, de múltiples indicios para nuevos 

relatos. Inspiración solapada y en directo.

En directo se aficionó a los toros, al arte variopinto de ocultos artistas, al deleite leve 

de un licor sutil, a la amistad.

Se había refugiado en aquel lugar buscando un reverbero de soledad y la encontró  

vestida de luces. Por eso se quedó en el pueblo.

Ahora con sus nuevos amigos estaba celebrando la presentación de su libro.

Allí mismo.  En la terraza con el olor del mar, allá, allá... a lo lejos.

Es aquí, por si queréis.

https://www.facebook.com/laquerencia.smv.9?fref=ts










1 comentario:

  1. Opino lo que la escritora del relato, si vas una vez vuelves.

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