domingo, 6 de diciembre de 2015

De ansias y sosiegos. Besos de nitroglicerina en el corazón.

340. Querido diario.

Buenos días, corazones.


Me levanté temprano esta mañana con la intención de ir con Haro a patear los bosques que circundan mi casa. A desfogar el ansia, a cortar de raiz el nudo gordiano de mis dias.

Al final, remoloneando sin rumbo por las habitaciones, tocando libros y manoseando libretas de otros tiempos, se me pasó la hora.



Bajamos, mi perro y yo a desayunar a nuestra cafetería favorita: Las Cíes, donde la paz y el sosiego están asegurados.
Ahora estoy aquí, en mi estudio, con música de Georges_Moustaki y dos velas indecisas. 
Y escribo.

Querido diario:

Esta mañana ha bajado el frío 
a la calle.
No me di cuenta cuando me levanté,
los cristales engañaban.
Había cierto calor en la alcoba,
como un residuo del pasado,
como una esperanza.
Un hilo fino pero terco,
que aún resiste
el ansia que me incita
a bajar los brazos y parar.
Pero  afuera, en la calle,
en las baldosas sucias de las aceras,
mojadas de un color triste,
se esparcía el desconcierto.
En las copas de los árboles huesudos,
se demoraba, despreocupado, el sol.
Yo percibía una lucha en el pecho,
en la lengua sedienta
 y en el comienzo de los muslos.

Bajé lento por la alameda,
y me detuve en el recodo de la fuente,
allí donde te vi por última vez.
Me detuve, digo,
y volví a recorrer el camino de la casa.
Desandé  la mañana
para volver al pasado.

Me  dí cuenta después,
tarde,
que el sol ya se había extraviado
tras la memoria.

¿No sabes que estoy muerta?



Voy a continuar, durante todo el día, escribiendo en el diario. Buscando.
Ahora escucho:

Avec mes yeux tout délavés
qui me donnent l' air de rêver
moi qui ne rêve plus souvent.

Avec ma bouche qui a bu,
qui a embrassé et mordu
sans jamais assouvir sa faim*.

Hasta mañana amigos.
Vivid.



*Le métèque, de Georges Moustaki.





8 comentarios:

  1. Con mis ojos húmedos y con el cerebro adormilado, después de esto, yo, me paro en la próxima. Buena lección, anotada queda. Gracias. Buen día.

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  2. Muerta tu? Serás eterna, al menos, por tus poesías que nos remueven

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    1. Ay, Dios mío, qué lujo tener amigos como tú. Un abrazo.

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  3. Muerta tu? Serás eterna, al menos, por tus poesías que nos remueven

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    1. Pues otro abrazo. Y doble, como tus comentarios cariñosos.

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