Buenos días, corazones.
Me levanté temprano esta mañana con la intención de ir con Haro a patear los bosques que circundan mi casa. A desfogar el ansia, a cortar de raiz el nudo gordiano de mis dias.
Al final, remoloneando sin rumbo por las habitaciones, tocando libros y manoseando libretas de otros tiempos, se me pasó la hora.
Bajamos, mi perro y yo a desayunar a nuestra cafetería favorita: Las Cíes, donde la paz y el sosiego están asegurados.
Ahora estoy aquí, en mi estudio, con música de Georges_Moustaki y dos velas indecisas.
Y escribo.
Querido
diario:
Esta
mañana ha bajado el frío
a
la calle.
No
me di cuenta cuando me levanté,
los
cristales engañaban.
Había
cierto calor en la alcoba,
como
un residuo del pasado,
como
una esperanza.
Un hilo
fino pero terco,
que
aún resiste
el
ansia que me incita
a
bajar los brazos y parar.
Pero afuera, en la calle,
en
las baldosas sucias de las aceras,
mojadas
de un color triste,
se
esparcía el desconcierto.
En
las copas de los árboles huesudos,
se
demoraba, despreocupado, el sol.
Yo
percibía una lucha en el pecho,
en
la lengua sedienta
y en el comienzo de los muslos.
Bajé
lento por la alameda,
y me detuve en el recodo de la fuente,
allí
donde te vi por última vez.
Me
detuve, digo,
y
volví a recorrer el camino de la casa.
Desandé
la mañana
para
volver al pasado.
Me dí cuenta después,
tarde,
que
el sol ya se había extraviado
tras
la memoria.
¿No
sabes que estoy muerta?
Voy a continuar, durante todo el día, escribiendo en el diario. Buscando.
Ahora escucho:
Avec mes yeux tout délavés
qui me donnent l' air de rêver
moi qui ne rêve plus souvent.
Avec ma bouche qui a bu,
qui a embrassé et mordu
sans jamais assouvir sa faim*.
Hasta mañana amigos.
Vivid.
*Le métèque, de Georges Moustaki.
Morimos tantas veces...
ResponderEliminarDemasiadas. Un abrazo de resurección.
EliminarCon mis ojos húmedos y con el cerebro adormilado, después de esto, yo, me paro en la próxima. Buena lección, anotada queda. Gracias. Buen día.
ResponderEliminarGracias a tí. Buen día. Querido diario...
EliminarMuerta tu? Serás eterna, al menos, por tus poesías que nos remueven
ResponderEliminarAy, Dios mío, qué lujo tener amigos como tú. Un abrazo.
EliminarMuerta tu? Serás eterna, al menos, por tus poesías que nos remueven
ResponderEliminarPues otro abrazo. Y doble, como tus comentarios cariñosos.
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