jueves, 3 de diciembre de 2015

De ansias y sosiegos. Pronto será oro el membrillero.

337. Hoy vengo aquí a hablar de mi libro.

Buenos días, corazones.

Ayer ya os presenté el poemario, pero hoy voy a darle cobijo en el blog.
No puede ser de otro modo. Es su casa. Le he abierto las puertas.
Deciamos ayer:


Como os adelanté en su día, la Biblioteca de Autores Manchegos, de la Diputación Provincial de Ciudad Real, seleccionó mi poemario para publicarlo en su Colección Literaria Ojo de Pez

Ya lo tenemos en brazos.

Dispuesto a dar guerra. 

En breve os diremos el lugar del bautizo. Estáis todos invitados. De verdad. Yo no diré, "si me queréis, irse".

Os quiero ver, acompañándome y arropándome. A todos, porque quiero compartir los poemas y las miradas.

Y poco más tengo que añadir. Sólo recordar algunos momentos de la gestación de éste o de otros poemarios, de cuadernos de relatos que se esconden en los cajones, esperando su turno de salir a escena, de su puesta de largo. Los momentos embadurnados de soledad, la lucha con las palabras, de la que muchas veces, se sale destrozada y con la toalla tirada. Los intentos, las bolas de papel en el suelo, los días impares y baldíos. La impotencia.


Pero el ansia por escribir, la sed, el deseo constante por remover la batea hasta encontrar la palabra de oro, la que nos falta, es lo que nos impulsa a continuar, a dar pasos vacilantes y lentos hasta conseguir, al menos, rozar la esperanza.


Y levantarnos, a media noche, para poner, negro sobre blanco, el poema que hemos soñado.
Que nos han dado gratis y sin esfuerzo.
Y un día, alguien nos lee, alzando la vista sobre el hombro y se adhiere a la causa, a la idea, al sentimiento.
Y vemos el trabajo de tantos instantes con la forma amada. Con el olor más hermoso que hemos apreciado: el olor de la tinta y del papel.
Y somos, como decía la_Lispector en su Felicidad clandestina, una mujer con su amante.




Este poemario es diferente. Tengo otros, más trabajados y densos, que aún reposan, pero dejé volar a éste, porque quería darle las alas que un día una amiga y yo descubrimos en nuestra espalda.
Este poemario es una deuda pendiente.
Lleva dentro nuestros sueños, dolores y risas compartidas.
No se llegaron a revelar las fotos que nunca nos hicimos juntas, ni aquel viaje a Nueva York que se quedó en quimera.
Nos faltó una caipiriña y un beso.
Aquí, con el oro del membrillero, hacemos la lazada final y podemos sonreír.
Está sonriendo.

Amigos, ya nos encontraremos en alguna presentación.
En la mesa nos veréis.

Disfrutad de este jueves.
Recordad que no volverá.

Y gracias por todo.

4 comentarios:

  1. Esa amiga que se fue y este recuerdo-libro que te llega. Nuevamente felicidades. Vendrán más poemas. Más amigas. Otras permaneceremos. Pero...Pronto será oro el membrillero.

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    1. Este poemario "cierra" un capítulo. En el que estamos cuento con mucha gente guapa. Tú me acompañas ahora. Y tenemos fotos juntas. Un abrazote.

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  2. Celebraremos el acontecimiento con un licor de solera que guardo para las ocasiones de lujo. Sacar a la luz un libro, es como parir un hijo, se necesita fuerza, vigor y hacer bien las cosas. Tú, lo has demostrado, adornando el Otoño con membrillos dorados.

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    1. Hay mucho que celebrar. Beberemos. Nos vemos el 14 con un diario entre las manos. Abrazos con sol.

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