domingo, 27 de octubre de 2013

Último encuentro.






      —Una copa de vino— pido.
     —Dos — indica Julián al camarero haciendo el signo de la victoria.
     Esperamos en silencio.
    La noche se asoma con cautela por una esquina del ventanal, observando.
    Simulo buscar algo en mi bolso para ocultar el temblor de mis manos.
    Le miro.
   Llega el vino y los dos nos aprestamos a beber, esperando quizá sorber la dosis de valentía que necesitamos.
    —No puedo dejarla Alicia—, comienza.
    Bebo de nuevo y dejo con cuidado la copa en el mostrador.
   —Quiero que entiendas…— continúa.

   No le miro, rebusco en mi monedero, pago mi copa y me voy. 

   Y la noche me acoge y me abraza. Ella ya sabía. 

2 comentarios: