zarandeado por tu
ayer enemigo,
por tu presente
perturbado,
qué duro duele
qué dolor siento
al ver
que niegas la
vida
por quién ya ha
doblado
la esquina de la
tuya.
Todo el dolor que
dueles,
todo el amor que
llamas
y que impotencia
absurda
al verte así,
zarandeado,
por una mezcla
cruel de recuerdos
y por una
realidad de muerte,
disfrazada de
lágrimas.
Para él, para tí mi cariño. Tu amiga
ResponderEliminarPues gracias amiga anónima. Un abrazo.
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