viernes, 25 de diciembre de 2015

De ansias y sosiegos. Feliz Navidad navegantes.

359. La rosa de los vientos.


“Si hubiera una sola verdad, no se podrían hacer cien lienzos sobre el mismo tema”.
Pablo Ruiz Picasso.


Buenos días, corazones.
Qué tal la noche?
Estamos un poco perjudicados?
Es lo que tiene.
A mí se me fue un poco la mano y me acostaba a las 8 de la mañana.
Ahora, un par de horas después, ya podéis imaginar la cara que tengo ante el ordenador para cumplir con mi trabajo.
Y encima me he levantado recordona. Yo, que de memoria, lo justito.
Me he acordado, mientras el agua caía, despejadora, por mi cuerpo deshecho, de la rosa de los vientos que presidía el suelo del portal de la primera casa que habité hasta los nueve años. En Madrid, en Oporto.
Me tenía hipnotizada.


Y he buscado un poema que hice hace tiempo sobre los sueños que aquella composición de aquel suelo hidráulico me inspiraba.
Mirad:

Olía a boniatos
y a tebeos.
La rosa de los vientos,
tatuada en el suelo
                        del portal,
me anticipaba
un paraíso conocido
y seguro.

A veces, me sentaba
con las piernas recogidas
cerca de la punta del norte,
otras,
era  la del oeste la elegida
                                 y navegaba
                                                  rumbo a lo desconocido.
El viento, insolente,
alborotaba mis trenzas y
deshacía los lazos,
que quedaban abatidos
y lesos por la tempestad.
Otras tardes era el siroco
el causante del alboroto.

La voz de mi madre,
llamándome,
o la llegada de alguna vecina,
provocaban el inmediato desembarco,
la recogida de velas,
el amarre.

Y subía despacio las escaleras,
al segundo piso derecha,
cansada de la travesía,
empapada y dolorida,
embelesada
y contenta.

Y olía a boniatos,
                    a lluvia
                             y a tebeos.

Eso es todo, pero bajo la ducha, he rememorado esta mañana de resaca, no sé por qué, aquellos viajes de mi infancia, las aventuras imposibles que me ocurrieron en aquellos viajes en solitario, el ansía por descubrir, mi libertad, mi éxodo.


Me voy con Haro a correr por los parques del barrio, a despejar la migraña, a pensar en otros viajes, en otras huidas. A liberar eslabones.
Me pide mi perro que os enseñe una foto de anoche.
Venga.


Hasta mañana marineros.


*Las dos primeras fotos tomadas de la red. 




8 comentarios:

  1. Estoy pensando, sin resaca, que si ya esto se acaba, tendrás que darnos algún remedio para seguir con este buen sabor de boca. Hoy,también me ha gustado. Navidad, luna llena, evocando la Rosa de los vientos y viajando sin rumbo. ¡PERFECTO! Abrazos.

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    1. Viajar, moverse, siempre, aunque sea en el sillón azul de tu casa o con el cuaderno de rayas del cole. Un abrazo con rumbo fijo.

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  2. Los efluvios etílicos que malos son!! no entiendo nada de lo que he leído. Más tarde lo intentaré de nuevo.
    Felices fiestas

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    1. Pues amigo calatravo eso quiere decir que lo he escrito muy mal o muy bien. Por cual nos decidimos? Inténtalo de nuevo guapísimo. Mil abrazos felices.

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  3. Quizá me hubiese venido bien una buena resaca que escondiera mis tristezas y mis recuerdos

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    1. Eso no esconde nada, siguen ahí, pero con peor remedio para afrontar los miedos. Besos y abrazos.

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  4. Desde hace treinta y ocho años, no ha habido luna llena en Navidad. El buen sabor de boca del blog, lo supliré escribiendo y de tarde en tarde, con un chupito de licor de membrillo.

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    1. Ay, qué rico! Aún me queda. Yo también te acompaño. En la distancia. Un abrazo dulce.

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