domingo, 13 de diciembre de 2015

De ansias y sosiegos. Domingo colmaito.

347. Madrid, Madrid, Madrid.





"Cuando emprendas tu viaje a Itaca

pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias".

Cavafis.


Buenas tardes, corazones.

Fijaos qué horas. 
Casi no llego a mi cita con vosotros.
Y sería una lástima después de 346 días ininterrumpidos.
Pero es que hoy ha sido un domingo completo, redondo y pleno de sensaciones. De horas exprimidas y tuteadas. De calles abrazadas y descubiertas.
Comenzó la mañana recorriendo el-rastro.



Se lo quisimos enseñar a Nilda, nuestra amiga argentina, en su último día.
Fue idea de David
Y nos llevó por todos los callejones y plazas llenas de cachivaches, antigüedades y tentaciones.
Nos zambullimos en la marea de curiosos y de curiosidades. Presumiendo de Madrid.


Y se compraron libros y recuerdos.
Y dulces violetas, regalo de reyes a sus amantes.


Y se congelaron instantes preciosos para la posteridad y la memoria.
Ya mediodía, tomamos un aperitivo rico, rico, en el Mercado de San Miguel.


Y decidimos después comer en el restaurante más antiguo del mundo según el Guinness, el Restaurante Botin.
Antes, una foto al pie del Arco de Cuchilleros.


David y Nilda.


La argentina, recorriendo los salones del Restaurante.



Ventana de la cocina. Esperando turno en el horno.

Al final de la fantástica comida nos esperaba un avión. El que se llevó a Nilda a su Buenos Aires querido,  para continuar, días después, su periplo hasta Bariloche, el fin del viaje. Su regreso a Ítaca.




Fernando_Botero también nos esperaba en el aeropuerto. Le invitamos a posar. 
Haro no quiso perderse la despedida, le encantan los aviones.


Ya tarde noche, de vuelta, tuvimos un espectáculo de villancicos en mi casa cultural de Castilla- La Mancha. 


Un simpático repertorio de canciones navideñas interpretadas por la rondalla y la coral de la sede.

Un vinito español remató, con puntadas dulces, este domingo hermoso de mediados de Diciembre.





Y ahora,  casi medianoche, presto a cambiar el día, os dejo constancia de mis avatares.

Con un recuerdo a la amiga argentina que ha venido a cambiar el color de mi semana, a dejar su impronta entre los cojines del sillón y en las banquetitas de la cocina. A alegrarnos los rincones con su risa y su voz cadenciosa. A hablarnos del otro lado del mundo.
La esperamos de nuevo cuando ella quiera.
Y le tomamos la palabra para volar hacia su casa algún día.


Descansad amigos.
Hasta mañana.
Y misión cumplida.

4 comentarios:

  1. Buenas noches, prueba superada.

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    1. Pensé que no llegaba. Pro ahí vamos. Hoy taller. Nos vemos. Un abrazote.

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  2. Guarda en el estuche de la felicidad los días vividos y que el cofre de la espera se abra en una Argentina pampeña.

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