martes, 3 de febrero de 2015

De ansias y sosiegos. Día 35.

35. Poema del miércoles.

Ayer fue un día feo, oscuro, traidor.
Hoy, acobardada, sólo espero que de la cara. Verle venir.
Me pongo a escribir y sólo me sale al encuentro un poema cuando me miro las entrañas.

Trasiega la tarde
las miradas a su antojo.
El frío se cuelga de las pestañas
disuadiendo metas
y esquinas alejadas.

Las manos se avergüenzan
de los dedos inservibles
y los cuellos retroceden
entre toboganes de lana
de colores oscuros y densos.

Trasiega la tarde
las virutas de vida descuidada,
             se arremolinan en plazas
                       desnudas y ateridas,
dando vueltas inútiles,
     esperando.

El frío se enfurece a ratos,
levanta muros
y los cuellos se hunden un poco  más,
temerosos.

Huele el aire a desamparo
y los pasos se dirigen al origen,
al abrigo del puchero humeante,
a los ojos de siempre.

Trasiega la tarde,
             decae 
y murmura a nuestra espalda. 
            Murmura.



"A veces las sonrisas frenan lágrimas de piedra. Respira, respira, hoy más que nunca, la lluvia debe calar, porque limpia y, a la vez, abona".
Esto me susurró al oído ayer una amiga escritora.
Va por tí el poema.
Ya te contaré, en nuestro encuentro con las palabras, que todo ha sido un sueño.
Ya sabes que, a veces, miento.














































2 comentarios:

  1. Vendrán días amigos, claros y bonitos. Se te llenarán las manos, tanto, que no podrás cerrarlas, Allí estaré uniéndolas con un lazo de cariño y recordarás momentos ya pasados que se solaparán por la abundancia que colmarán tus palmas. Besos, amiga.

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