martes, 20 de octubre de 2020

Noctuario. A pie de página.

"Tras una cortina de lluvia se diluía en transparencias el paso cadencioso de las horas", dice mi amigo, el poeta conquense José Ángel García, en su poemario No le busques cinco pies a un verso.
     El poema se titula igual que el título que le pondría yo a este martes: No fue gran cosa.
    Me he dado una ducha lenta y he dedicado un rato a regalarme delante del espejo. 
     Otro día que se ha escapado como si fuera inocente. Una cruz aspada en el calendario de mi derrota.
    Me acuesto con Bolaño y con la soberbia esperanza de que mañana tenga algo que ofrecer a la hoja en blanco de mi noctuario.
   Chewie, desde su cama, me mira. Quizá se esté preguntando si tengo calmo el rumor de mis dedos.
     Sigue lloviendo.
    



2 comentarios:

  1. Un punto o una coma -aparentemente insignificantes- son capaces de cambiar una historia.
    La nimiedad, lleva escondida una partícula que le hace grande, pero hay que saber detectarla.

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    1. Ya lo hemos visto en los encuentros mágicos. Y veremos más cosas en los próximos. Abrazos sin coma.

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