lunes, 16 de mayo de 2016

Viaje a ninguna parte. Camino de Santiago. Lunes 16.

De Triacastela a Sarria.

"La única derrota es rendirse. Todo lo demás es camino".

     Hoy es la segunda etapa de mis amigos peregrinos.
     Ayer se acostaron cansados pero exultantes, como niños tras la excursión a ese lugar soñado desde siempre.
     Durante esta mañana peleona, danzando entre los restos de nieblas y explosiones de calor, comienzan la marcha.
     Caminos angostos y rumor de agua les acompañan. 
     Barro y niebla, orquesta de pájaros, pizarra, bosque encantado.


   Robles y abedules les escoltan.
   El suelo, a veces, está formado por lajas de piedra.
   Las ardillas les observan y corren por las tupidas ramas, alborozadas y traviesas.
   Se detienen  a veces cuando ven alguna maravilla, brochazos sabios y certeros de la naturaleza. Y sacan la cámara y captan la hermosura.



   Y siguen, apoyándose en los bastones y en las conversaciones, en las confidencias y en los descubrimientos. Árboles de formas caprichosas y silencio.
   El caso es seguir, continuar avanzando entre bosques misteriosos y promesas de horizontes cercanos.
   Ya divisan la torre de alguna iglesia.
   Pararán para compartir una cerveza fresca. Sellarán la credencial y llamarán a alguien que espera noticias.
   Es el camino. Que se repite pero que siempre es nuevo.
   Es la vida que transcurre.
   Como los arroyos y los ríos.
   Es Galicia.
   Ya llegan.

Y tanto verde
tanto rumor de agua
exuberancia.

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