martes, 22 de septiembre de 2015

"Si has nacido sin alas, no hagas nada para impedir que te crezcan*"

265. De la vieja sirena y del poema perdido.

Buenos días.


    Hoy toca terminar La vieja sirena, de José Luis Sampedro, ya llevo unos días con ella y Opiniones de un payaso, de Heinrich Böll, me está mirando mal desde el extremo de la mesa.
   Lo que pasa es que me estoy recreando con la lectura, deseando terminar para comenzar otra aventura, pero demorándome a propósito en ésta, como la niña de Felicidad clandestina de la Lispector, dios, qué relato!

..."Al llegar a casa no empecé a leer. Simulaba que no lo tenía, únicamente para sentir después el sobresalto de tenerlo. Horas más tarde lo abrí, leí unas líneas maravillosas, volví a cerrarlo, me fui a pasear por la casa, lo postergué más aún yendo a comer pan con mantequilla, fingí no saber dónde había guardado el libro, lo encontraba, lo abría por unos instantes. Creaba los obstáculos más falsos para esa cosa clandestina que era la felicidad. Para mí la felicidad siempre habría de ser clandestina. Era como si yo lo presintiera. ¡Cuánto me demoré! Vivía en el aire... había en mí orgullo y pudor. Yo era una reina delicada.
A veces me sentaba en la hamaca para balancearme con el libro abierto en el regazo, sin tocarlo, en un éxtasis purísimo. No era más una niña con un libro: era una mujer con su amante".

    Es quizá un poco extensa la novela de Sampedro, pero se encuentra una a gusto sumergida hasta el cuello en esa belleza de monólogo interior, de prosa poética, vagando por las calles de Alejandría, viviendo otros cielos.


La eternidad está enamorada de las obras del tiempo.
 W. Blake.

   "La angustia es comprender que nos falta algo y no sabemos lo que es. Hay en nuestros adentros un abismo sin fondo. A veces, creemos llenarlo con algo muy deseado, pero que, una vez conseguido, ha agrandado el abismo. Ése es el hombre".

   "La vida es un laberinto inmenso, mucha gente se queda donde nace, en el patio, en un cuarto, pero hay miles de habitaciones y sectores en ruinas, sótanos y azoteas, puertecitas medio ocultas y un dios en cada estancia, muchos y todos el mismo".

     Dejo un rato la lectura, me preparo una infusión y abro la libreta de las palabras.
     Esto es lo que hice anoche, antes de apagar a luz:

Buscando el hilo de mi alma
me fui por un extremo de la tarde,
esquinando esquinas,
musitando oraciones
desconocidas,
con tu amuleto
en el fondo del bolsillo
del abrigo grande,
y andando deprisa,
deprisa,
                           como si no llegara nunca
                                       a ninguna parte.

Me voy, con vuestro permiso, al rincón de leer.
Mañana os espero, de nuevo, si os apetece.
Pues hasta mañana... corazones.



*Cita del título de Coco Chanel.

2 comentarios:

  1. La vieja sirena. El rincón de leer. Un concierto de vez en cuando. Ese laberinto inmenso que es la vida. Un poema antes de apagar la luz.No me extraña que la eternidad se enamore. Yo también- sin compararme-
    Un abrazo eterno.

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    1. Querida amiga te contesto aquí a tu mensaje. Un abrazo nunca es excesivo. Yo, a cambio, te envío diez mil besos.

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