jueves, 10 de septiembre de 2015

De ansias y sosiegos. Ya vislumbro la salida. Todo tiene su fin.

253. Se va asentando el verano. Se va cerrando el capítulo.


      Buenos días queridos.
     Acabo de despedir a mi niña Alexandra. Se va a Taiwan a perfeccionar el chino. Han venido, para acompañarla al aeropuerto, sus hermanos y sus padres.
    Se iba contenta y llevaba al cuello, cómo no voy a quererla, el colgante de corazón que le regalé. Es una niña preciosa y atenta. ¡Y quería el pedazo atún de Nacho enamorarla! No está hecha la miel...

    La veo alejarla hasta el coche con su maleta de ruedas y le deseo suerte. Se la merece.


     Deciros que la obra del sexto va muy adelantada, ya está arriba mi fonta oficial, AndrésG., ultimando la instalación de cocina y baños. Ha quedado chulo el loft
   Me han invitado, Juani y Mónica, a pasar con ellas la Navidad, para estrenarlo. Y he aceptado enseguida. Lo pasaremos bien.


      Anoche saqué una caja llena de escritos, historias y apuntes varios. Me entretuve leyéndolos un buen rato. Mirad uno de los poemas que escribí cuando me estaba separando de mi marido. Cuando me dejó, vilmente, porque ya estaba tonteando con la Carmela.
     Mirad qué saco de penas:

Me duelen mis poemas en tus manos,
me duele tu mirada en mi recuerdo,
me duelen las tardes frías
y los cuadernos en blanco.
Me duele el silencio.

Se detuvo mi piel
en tu extrañeza,
en el mes de Abril,
en la foto antigua,
en el camino de tus dedos.

En tu lengua huida
y en los pies desnudos del invierno.

Me duele la luna
y me duele Enero.

Soy todo dolor.
Tú eres olvido.

Me duelen los poemas en mis manos,
los que no escribo,

los que te debo.

      Voy a darle un repaso bueno al portal, que ya han terminado la obra y se me ha acabado el chollo de no limpiar mucho con esa excusa.
     Y luego, por la tarde, iré a ver a Maribel. Creo que Aldo, el italiano no ha vuelto a aparecer.
      La vida está hecha para vivirla, no para comprenderla.

      Hasta mañana hermosos.







4 comentarios:

  1. Tuve el placer de conocerte Asiola, hace ya "taitantos" años. Bueno, En aquel tiempo, no hubo mucho placer. Eso llegó más tarde. Con los paseos nocturnos. Petacas. Haro. Palabras. Confidencias. Rosas. Poemas. ¡Como se pasan los días!. Te quiero, Asiole, pero siento añoranza de Eloísa. Nuestras largas disertaciones sobre el amor, Selene y la vida. Si hablas con ella, dile que el mar está más asombroso que nunca y las rocas lo reciben con un abrazo. Las estrellas siguen presentándose cada noche al toque de una sirena. Los pensamientos se expanden con la quietud de la luna. Dile que vuelva pronto. Que aquí se la espera.

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    1. Qué bonito! Qué suerte tiene nuestra amiga. Se lo diré, pero creo que la verás antes que yo. Y gracias por el comentario. Te echaba de menos yo también.

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  2. Al dolor, el miedo y la pena, deberíamos ponerles un apellido suave, magnánimo. Quizás nos atormentaran menos. Veo que hay más lunáticas por ahí y eso me reconforta. Besos.

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    1. Gracias por todos sus maravillosos comentarios, amiga anónima. Imagino que, aunque deje el encargo, seguiremos en contacto. Un abrazote.

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