sábado, 19 de septiembre de 2015

De ansias y sosiegos. Mi tarde valenciana.

262. Con Adriana Serlik y el arte.


     Llegamos a la playa de madrugada.

   El Capricho nos esperaba alborozado. Se veía la casa plácida, pero despierta aún, contenta con nuestra llegada imprevista.
    Dormimos un par de horas y nos lanzamos, Haro y yo, muy temprano, a recorrer la orilla del mar, saltando gozosos cuando las olas querían jugar con nosotros, participar.

    Y luego fuimos a desayunar al claustro de la Biblioteca, entre aromas de árboles frutales, silencio y letras. Allí me encontré con mi amiga Adriana, mi poeta de la costa. Me habló de proyectos, muchos, de su transcurrir, de sus ganas. Me habló de una exposición esa tarde en Valencia, en la sala d'exposicions de la Societat Coral El Micalet, una muestra de arte y cariño por parte de un grupo de artistas amigos. Un homenaje por su buen hacer y por su reciente cumpleaños.
     Me invitó  a acompañarla.
     Y fui.

Xaro Bonilla, Eloísa Pardo, Adriana Serlik y Fabiola Serra.

   Conocí a parte de los autores de las obras expuestas y, los ojos chispeantes de Adriana, la presentación que le hicieron, ora en castellano, ora en valenciano y la charla posterior con ellos, en especial con la alegre y constructiva Xaro, redondearon una tarde bien aprovechada.



Se leyeron poemas del último trabajo de Adriana, Frágil.


Una pequeña muestra de los trabajos expuestos.




Collage con la biografía de Adriana.


Dos cuadros de la artista Xaro Bonilla.


    Me dí, antes de regresar, una vuelta por Valencia de noche, rematando la faena, componiendo una lazada de tarde de regalo.

     Ya era noche cerrada cuando llegué a El Capricho y Haro me esperaba con brincos histéricos y vertiginosos movimientos del rabillo.
   ¡Con lo que le gusta a él una exposición, con lo que disfruta con un recital poético y que no le esté permitida la entrada!
     -Tranquilo mi amor, vamos a dar un paseo largo, vamos a comernos el resto de noche, los dos juntos, solos, meditando cómo solucionar este problema,- le digo.
    Mañana voy a poner una queja, un alegato para que dejen, a los perros ilustrados como mi Haro, la entrada a todos los eventos del mundo.

    Amigos, desde el mar, desde El Capricho, os enviamos, Haro y yo, un achuchoncillo.
    Hasta mañana corazones.


6 comentarios:

  1. Muy bonito. Deberían dejar que los perros disfrutaran también de las artes como los humanos.

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    1. A que sí, querida vecina? Y tú, que conoces a Haro, lo sabes bien. Un abrazo con valores.

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  2. Gracias, Puchi también se queja de no estar en mis exposiciones y recitales. Un enorme abrazo

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    1. Pues tú llévalo artista. Te va a dar hasta más glamour aún. Un abrazo con arte.

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  3. A veces los perritos nos dan lecciones. Vaya vacaciones tan culturales que llevas. Un gusto conocer a tanto artista. Besos.

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    1. Pues no ha estado mal, la verdad. Es un lujo. Abrazos con gusto.

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