miércoles, 9 de septiembre de 2015

De ansias y sosiegos. De tuppersex y demás historias. De Asiole.

252. Avonllamaatupuerta!



"Lo mejor será que bailemos.

¿Y que nos juzguen por locos, Sr. Conejo?
¿Usted conoce cuerdos felices?
¡Tiene razón, bailemos!"


     Buenos días.
     ¿Os acordáis de aquel anuncio de Avon?
     ¿Y de las reuniones a las que íbamos o nos convencían para hacer en el salón de nuestra casa?
    Pues ayer vino Victoria, la portera de la finca de enfrente, al lado de la librería de Fernando, para invitarme a una reunión de "una linea de cosméticos muy buenos y de artículos de tuppersex", dijo.
     Es una mujer menuda, más o menos de mi edad, pero que, debido a la ropa tan juvenil que lleva y a una melena de envidia, que peina con mucho gusto, parece mucho más joven. La portera es ella, pero es su marido, Carlos, el que se ocupa de la limpieza.
     Insistió mucho en que fuera, "que eran productos novedosos, que ella ya los había probado, que eran americanos y que, aunque no comprara, lo pasaría bien, que habría merienda y un regalito para cada asistente. Y, que si conocía a alguien, también la invitara, que cuantas más fuéramos mejor, que sería más divertido".
     A mi no me divierte nada, lo sé, porque he ido a un par de ellas, por puro compromiso. Pero fui. Y no invité a nadie.

     Y resultó la quedada tal y como me imaginaba.   
  Una asesora, con un maletín, con una supuesta experiencia en sexualidad y los productos de siempre: bolas chinas, consoladores con todos los colores del arco iris, vibradores, cremas que arden, cremas que congelan...
   Mi vecina y portera Vicky, que es como quieren que la llamen, se sorprendió que, cuando llegó la hora de las compras,  me decantara por la crema que te hace arder y un conjunto de ropa interior, de encaje color malvita.
    Ella sabe que llevo más de once años separada y sola.
    Pues no le voy a dar explicaciones.
    Bueno sí, le dije, algo apurada, que lo compraba sólo para ayudarla a que la reunión fuera un éxito y su regalo fuera mejor.
    No sé si se lo ha creído.
    No me importa.
    Pero me ha mirado raro.

  Estando en la reunión me llamó por teléfono Antonia, la del segundo izquierda, la que se fue a Reinante para cuidar de su hija que había tenido gemelos y tiene un hotelito en la playa de las Catedrales; os acordáis?


    Salí del salón, para no molestar y porque ya estaba un poco harta de tanta risa tonta. Me dijo Antonia que le eche un ojo al piso, que se va a quedar un tiempo con su hija, para cuidar de los melgos y para hacerse cargo de la repostería de la casa rural. Claro, ahora recuerdo, que toda su vida ha estado trabajando en un importante hotel del centro, no recuerdo cuál, haciendo los postres.

     Me acaba de llegar un wasap de Mislav.
     Que me echa de menos.

     Me voy a probar, tranquilamente en mi casa, el conjuntito.
     Me han regalado una crema comestible con sabor a chocolate.
     ¿Le gustará lo dulce a Mislav?



     Mañana os veo corazones.

4 comentarios:

  1. No me lo creo ni yo, querido amigo. Esta mujer ha perdido el juicio. Menos mal que el viernes la veo y a ver que me cuenta. Le va a costar trabajillo dejar el blog.

    ResponderEliminar
  2. Buenísimo, me he reído, es Ud genial. No obstante, yo quería decirle Asiole que como su contrato se va acabando, este período de tiempo ha sido como asistir a un curso intensivo de verano, en una prestigiosa universidad. Ha tocado literatura, geografía, leyendas, idiomas, historia etc. Me gustaría felicitarle personalmente. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que alegría querida seguidora. Soy yo la agradecida, nunca pensé, cuando me dejó el encargo Eloísa, que me iba a dar tantas satisfacciones. Estoy por pedirle una prórroga. Un beso enorme.

      Eliminar