domingo, 23 de junio de 2019

La venganza se sirve




Solomillo al Oporto con setas, le grito a mi marido desde la cocina, cuando me pregunta qué le voy a hacer de comer.
   Enciendo la pequeña radio que tengo en una esquina de la encimera, me abro una Coronita y me pongo a rehogar la cebolla y las rodajas de zanahoria.
   Cuando ha tomado color hago una camita en la fuente de horno y coloco encima el solomillo, previamente untado con un chorrito de aceite, unos toques de romero y bañado generosamente con un vaso de Oporto.
   Lo meto en el horno mientras preparo las setas para añadirlas después al asado.
    Me ayuda a poner la mesa.
    Desde que se ha jubilado, pone la mesa y me saca al perro.
    Dice que no me puedo quejar. Que me tiene como una reina.
    Creo que, con la edad, se le ha debilitado la memoria.
    Yo ya no le recuerdo nada.
   Llevo el solomillo a la mesa. Ha quedado perfecto, con la guarnición de setas alrededor.
    También he hecho una buena ensalada.
   Pero no he olvidado espolvorear en su ración, como todos los días, unas cuantas semillitas de manzana.
Ya queda menos.

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