lunes, 2 de enero de 2017

De Galería de trampantojos.



París, 1974.


Soy aquella niña


de vaqueros desgastados,



trenzas arriesgadas,

eternamente ocupados los brazos
con libros subrayados con urgencia
y un noviete detrás,
resignado y paciente.





Soy aquella muchacha,
ansiosa  alocada,
que bajaba escaleras sin peldaños,






de semanas desdentadas,






de tartas sin velas
y futuros sipreámbulos.

Soy aquella mujer que ya era,






incesante reloj,





ciento volando.

4 comentarios:

  1. ¿La silla la llevaste de España? Una bromilla del nuevo año.

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    1. Estaban allí, no sé, había sillas al lado del camino. Y cogí una. Luego, las veces que he vuelto, ya no había. Tampoco yo era la misma.

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  2. Es importante sentir esa niña que fuimos, que somos y que seremos, porque nuestro espíritu demuestra que aún es muy joven. Dicen que no hay que vivir de fotos amarillas. Pienso que recordar lugares en los que al conocerlos se nos alteró la sangre, vuelves a resucitar. Besos parisinos.

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    1. Recordar es volver a pasar por el corazón. Un beso grandote amiga.

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