miércoles, 7 de octubre de 2015

De ansias y sosiegos.Un vestido de fiesta, unos tallarines y un poema.

280. Novedades, novedades, novedades.

     Buenos días gente guapa.
    No hemos dormido nada. Asiole hablándome de sus inquilinos. De todos.
    Para que os lo diga, me ordena encarecidamente.
    Que os cuente las novedades.
    Me dice que Juani nos ha invitado a la cena de Navidad en el loft de su hija Mónica; que ha quedado espectacular y que será una cena de mujeres.
    Me cuenta que su niña Alexandra, la de la coleta risueña, le va bien en Taiwan y que se ha echado un noviete alemán.
    Que Maribel, ya se recuperó de la operación, que se dejó al italiano lerdo y que ahora vive con Alba, su amiga del pelo azul. Que son pareja. 
   Me dice que Óscar, su poeta okupa, le sigue dejando poemas pegaditos a la puerta cuando se va y, sin que yo le pregunte, me susurra bajito que con Mislav sigue ilusionada, que se ríen mucho cuando están juntos, que son felices, pero que, a estas alturas, quiere morder despacito este bocadito de madurez, saborear el gozo a pequeñas dosis, para que dure, para que dure,- me repite.


    El traje que se ha comprado en la tienda de Pilar, le sienta muy bien y le digo que ahora sí, va a ser la portera más elegante del barrio de Salamanca.
   Nos comemos unos sencillos tallarines en el jardín, con las azaleas al fondo.
    Y, antes de irme, me recita de memoria un poema de Carlos Álvarez, que es el poeta que está leyendo ahora.
    Esta Asiole tiene una memoria que para mí la quisiera.
    Escuchad:

¡De par en par las manos... extendidas!
¡Abiertos el balcón y las palabras!
¡Que rebose el amor de nuestro vaso!
¡Que se meta la calle en nuestra casa!
¡No más oscuridad en los espejos!
¡Tirad al mar las llaves... no hacen falta!
¡Que nos recorra el viento de la sierra!
...tal vez se llevará lo que nos mancha.
Y vigilad el fondo del bolsillo.
¡Que no quede en sus pliegues ningún ancla!
...esas cosas que amarran nuestro paso,
esas cosas que impiden nuestra marcha.
Pero enteros, no a medias. Como entonces:
igual que cuando vimos la mañana
por vez primera, sí: con la sencilla,
desnuda transparencia de las playas.
Lo mismo que al nacer. Sin las reservas
de nuestra edad madura...¡sin metáforas!

Darlo todo, y lanzarse a plena calle.
Darlo todo o, si no, quedarse en casa.


Llegamos Haro y yo a casa, contentos y cansadicos. 
Me preparo una copeja de brandy Peinado de 100 años y que sea lo que Dios quiera.


Hasta mañana, corazones.

6 comentarios:

  1. El brandy suaviza las penas. Tal vez hoy, tengas alguna. Me dice Ansiole, que en días como estos, los amigos son más amigos.

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    1. Menos mal que eso que dices lo tengo claro. Y agradecida. Un abrazo.

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  2. Brandy (antes coñac) PEINADO. Recuerdos de mi juventud, cuando en el Casino de mi pueblo tomábamos esa marca. Años...

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    1. Así es, señor calatravo, recuerdos y el sabor del brandy en la boca para saborear el pasado y el presente. Un abrazo.

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  3. Hola: Poema bonito. En el fondo del mar, ¡cuantos suspiros quedaron, quedan y quedarán anclados! Un abrazo.

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    1. Un abrazo reina. Tenemos que vernos. Vuelvo el lunes. Te llamo. Un abrazo sin ancla.

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