viernes, 9 de octubre de 2015

De ansias y sosiegos. Setenta.

282. Khalil Gibrán.



"El ruiseñor se niega a anidar en la jaula, 
para que la esclavitud no sea
 el destino de su cría".


Buenos días corazones.
Después de tomarme un chocolate caliente, salgo a pasear por el pueblo.
Y continúo hasta que la última casa me ve alejarme hacia la linea huidiza del horizonte.
Huelo el humo de los árboles, quemados por el tiempo y los capricbos de la naturaleza.
Recojo las primeras hojas de un otoño diferente.
Muevo los hombros y los brazos al ritmo de la canción fresca de un arroyuelo, joven y tímido, que ha surgido de repente.
Haro me sigue, como siempre, pegadito a mis piernas. Amor incondicional.
Me acerco despacio a un monte de troncos y le veo.
Allí, escondido y esperando, un pequeño libro, brotando de la madera.


Es El vagabundo, del poeta libanés Khalil Gibran, historias mínimas escritas en sus años de exilio, pergeñadas con el polvo de los caminos que se vio obligado a recorrer. Ya lo tengo desde hace tiempo y os he hecho partícipes en un par de ocasiones de sus relatos.
¿Quién lo habrá olvidado?
¿Lo habrán dejado adrede?, ¿Como una joven hoja brotando de la madera muerta?
Mirad, os leo el primero que veo al abrir el librillo:

"El joven poeta dijo a la princesa:
-Te amo
-Yo también te amo, hijo mío,- dijo la princesa.
-Yo no soy tu hijo. Soy un hombre y te amo.
-Soy la madre de hijos e hijas,- respondió ella,- y ellos son padres y madres de hijos e hijas; y uno de los hijos de mis hijos es mayor que tú.
El joven poeta protestó: -Pero te amo.
No mucho después la princesa murió.
Más, antes de que su último suspiro fuera recibido nuevamente por el gran suspiro de la tierra, ella dijo desde su alma:
-Mi bien amado, mi único hijo, mi joven poeta, llegará el día en que nos encontremos de nuevo y yo no tendré setenta años".

Bello, no creéis?
Me llevo el libro. Mañana os dejaré alguna historia más de este poeta, desterrado de su patria por los poderes políticos y de la madre iglesia por los popes del momento, separado de su idioma y obligado a expresarse en inglés.
Khalil Gibran (1883-1931)


Hasta mañana amigos.
Volvemos, Haro y yo, a casa, con el pecho lleno del canto de los pájaros y con el tesoro de un libro en las manos.
No dejéis de soñar.
¿Sabéis que os quiero?

2 comentarios:

  1. Poeta andariega, buscadoras de libros,yo quiero ser como el ruiseño sin jaula. Cantar, reir y amar, aunque se a cerquen los setenta.Quien sabe cada destino? El autor siempre me dio enseñanza. Un beso.

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    1. Un beso, eso es lo que hay que hacer. No hay opción mejor. Gracias, nos acercamos.

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