sábado, 31 de octubre de 2015

De ansias y sosiegos. Hoy me apetece poesia.

304. En la suave pendiente de tus manos.


-¿Ahí está el mar? Muy bien, que pase.
Dadme la gran campana, la de raza verde.
No, esa no es, la otra, la que tiene
en la boca de bronce una ruptura,
y, ahora, nada más, quiero estar sola
con el mar principal y la campana.
Quiero no hablar por una larga vez,
silencio, quiero aprender aún,
quiero saber si existo".
Pablo Neruda.
Buenas tardes hermosos.
Fijáos qué horas.
Pues ahora es cuando he encontrado un hueco para sentarme y estar con vosotros.
Ya sabéis, día de visitas a las personas que no están por aquí.
Día de cipreses.

Os dejo un poema antiguo.
De cuando me mecían las olas.
De cuando las esquinas guardaban sorpresas nuevas. 

 
En la suave pendiente de tus manos 
resbalaba mi deseo,
tú recogías la nave a la deriva
y ponías rumbo a un horizonte desconocido
con el timón girando en unos ojos turbios
que ya no veían,
anegados de bruma y de gaviotas.
Las corrientes enloquecían y nos hacían virar,
de una orilla a otra,
como naúfragos destrozados por el tiempo.

No queríamos llegar a puerto.
Desplegamos las velas,
para que viera el mundo los estandartes
de mi fortuna,
y navegamos sin brújula,
perdidos.
Un amanecer el cielo cambió
y nubes cárdenas planeaban
un mar domesticado y vulgar, que
se extendía bajo el sol.
Asustada, mis manos se adecuaban
a todos los contornos,
se aferraban a la madera humillada,
las velas eran jirones, harapos de pordiosero,
hebras desilusionadas.
Cuando desistió la lujuria del temporal,
al atardecer,
se mecían en la playa,
 impasibles,
los pecios del naufragio.


Me tengo que ir.
Pero mañana os espero de nuevo.
No faltéis a la cita.
Sin vosotros, no soy.

* De mi poemario LOS PECIOS DEL NAUFRAGIO. 

2 comentarios:

  1. Siempre hay una isla desde donde los pecios de los naufragios ya no se ven, están en el fondo del mar para siempre, la vida cambia izando velas, buscando otro mar, encontrando esa isla que seguro, está mas cerca de lo que creemos. Un fuerte abrazo.

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    1. Ya estamos en la isla, Seguros. Pero echando en falta las tormentas y los huracanes. Los naufragios. Un abrazo de travesía.

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