lunes, 15 de diciembre de 2014

Una mujer escribe este poema.





Imagen tomada de la red.


Busco una enfermedad que no me acabe

sino el dolor constante de la vida:

algo para fingir que estoy dormida

detrás de este temblor de escarcha grave.

Busco un agua cósmica que lave
la lágrima terrible que me oxida;
busco el morir distinto, y voy herida
por la pena vulgar que nadie sabe.

Y así me marcho, sonriendo a todos,
luminosa de gracia y desventura,
con el secreto horror hasta los codos;

callándome en el verso y en la prosa,
para que escriban en mi tierra dura:
esta mujer ha muerto de dichosa.



Carilda Oliver Labra.

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