miércoles, 1 de agosto de 2018

Poema impar






Me agarró por la espalda
y en silencio.
No la oí llegar.
Fuimos amigas, viejas conocidas,
pero ahora viajábamos por senderos
paralelos.
Nos evitábamos.

No sé cómo pudo encontrarme,
ni sé por qué me odia.
Llegó, me abrazó por la espalda,
se me enredó, terca, entre las piernas,
me susurró al oído su oscura letanía
y se quedó.
No se aparta de mí en las mañanas
recientes,
ni en las noches de desierto,
no me deja mirar de frente,
ni permite a mis labios bailar bajo la lluvia.
Mantiene mis brazos lacios y vacíos.
Mi sonrisa, cobarde y antigua.

La tristeza es un vicio,
me dijiste un día.

Y, aquí estoy, rendida y ausente,
esperando,
   deseándote,
      esperándote,
    
       por ver si vencemos.



*Pintura de Oswaldo Guayasamín


2 comentarios:

  1. La melancolía, la tristeza, los recuerdos obsesivos.Son nada más que componentes de la vida, que algunas veces se van de vacaciones y nos pensamos que ya no existen, pero regresan acomodándose en nuestro sofá, pero casi siempre los ganamos. Besos.

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    1. Y, cuando regresan, son unos huéspedes muy incómodos. Un abrazo y tú no les abras la puerta.

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