Ayer
me levanté niña,
hoy
también.
No
me miro el dorso de las manos
y
he tapado los espejos
con
las batitas que mi madre
ha
dejado en mi casa,
antes
de irse.
Yo
juraría que ando con más gracia,
y
que me hago con soltura
el
nudo de las zapatillas de huir.
Con
ellas me lanzo al parque
y a
la primavera.
Se
ha hecho de rogar,
la
primavera digo,
pero
ya está aquí, reventona y chula,
con
ganas de aplausos y piropos.
Yo,
aún niña,
la
respiro con guiños de novedad
y recojo margaritas
al
borde del camino.
Me
siento bajo la encina más vieja
y
miro las nubes que forman
ovejitas
y dragones.
Ayer
me levanté niña,
hoy
también.
No
me miro el dorso de las manos.
Me
niego a tirar las batitas de mi madre.
He colocado el manojo de flores
silvestres
en
unos botes vacios de mermelada
y
he sacado un ajado álbum de fotos
para
entender mi vida.
*Imagen tomada de la red.
Sí, la vida de cada uno se entiende a través de los recuerdos, de estampas unidas a sentimientos.Pero a veces te preguntas,¿por qué aquello, o esto? y no entiendes nada.
ResponderEliminarHoy me he levantado mayor.Un abrazo.
Ya sabes, querida lunática, a quién tienes que preguntar. Nos vemos en el taller de las palabras. Mientras tanto, un abrazo.
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