martes, 26 de enero de 2016

Nieve.

“No fue un sueño, lo vi: la nieve ardía”
(Angel González)




Cuando desperté
la nieve ya llevaba horas inundando los cristales
de sueños.
Una colcha blanca había escondido,
sigilosamente,
los árboles del jardín y
hermoseaba los tejados
de la fealdad de las cubiertas desvencijadas,
vencidas por el  arrase del tiempo.

Mi perro olía la belleza en las esquinas
y se detuvo extasiado
cuando salimos al milagro.
La nieve nos acarició ¿recuerdas?
con copos de vida;
yo reía y tú
me golpeabas los hombros con bolas
de inocencia y besos.

Me pasé todo el día con los ojos
imantados en la blancura,
en el prodigio,
sonaba música suave en algún rincón de la casa
 y mi perro escuchaba conmigo
el silencio de los dioses.

La función  se rindió al final de la tarde.

Mañana pondré el pie en otra alfombra,
se levantará otra luna
y pensaré en ti
y me tocaré el hombro
 con la huella,
todavía,
de aquella bola de nieve
con la que me ofrecías,
sin palabras,
un extenso manto albo,
plateril,

donde  labrar nuestras huellas.


*Imagen tomada de la red.

  



4 comentarios:

  1. Otra nieve. ¿Recuerdas? Calcetines guanteros.Frío, mucho frío. Calor en el alma y en los corazones. Y hoy, después de algunos años, la nieve se hace espuma en sendas copas de cerveza.

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    1. Fue un día frío, pero caliente en sentimientos. Fue un disfrute. Lo de hoy también. Abrazos.

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  2. A veces, cuando un manto de nieve, rocío mañanero o escarcha nocturna, te cubre la piel, alguien te toca el hombro y te dice ¡hola! de pronto, todo tiembla y se derrite. Buena semana. Un abrazo. No olvides el blog, se queda triste.

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    1. Un abrazo. Tienes razón, el blog tiene ese aire de jubilado que brega entre mantener el tipo y buscarse otros horizontes. Ahí estamos reina. Otro abrazo.

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