viernes, 1 de enero de 2016

De ansias y sosiegos cierra por traslado.

Feliz año nuevo amigos.
Vamos a procurar que el 2016 se nos quede grabado en oro en nuestro libro de la vida. 
Con lentejuelas y fuegos artificiales.
Con música de fondo.

Decíamos ayer que la cuenta atrás acabaría hoy.
Y aquí estamos. Cerrando el círculo. Bien cerrado.
Atado y bien atado.

Decíamos ayer...
Mirad, esto es lo que escribí el primer día del año pasado. Un 2015 que prometía.
Hoy es jueves, 1 de enero de 2015.
"Me he levantado temprano, teniendo en cuenta que anoche, tras la celebración de la nochevieja y brindis posteriores y reiterativos, me acosté bastante tarde.
Tenía prisa por levantarme. Por ver el cielo del primer día del año. Del primer día del resto de mi vida.
Desde el ventanal de mi estudio contemplo una mañana luminosa, soleada y caliente a la altura de los ojos y la parte inferior con un aspecto un tanto gélido: los coches aparecen con una cofia de escarcha. Ha debido ser una noche bastante fría.
Ni una nube. Limpio el cielo. Al fondo se divisa la sierra con una coronita de nieve.
Me acerco la taza de café al pecho. Y me siento en el rincón de la paz.
Retomo las historias de Alice Munro, pero, de repente, se me abalanzan el desasosiego y la conciencia sobre los hombros, uno a cada lado. Ansias.
Se me clavan las uñas de ambos con avaricia de loco. Me levanto.
Me calzo las zapatillas de huir y me lanzo a la calle.


La luz del ascensor parpadea terco, tiene trabajo en los pisos inferiores. Bajo andando. Vivo en el piso trece. A buen paso, ora caminando, ora con un trotecillo, recorro los pequeños parques que rodean mi bloque. 
Un año más. Un año menos.
Ansias.
Miro a mi alrededor. Los árboles, el césped, el cielo... "contemplando/cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte/ tan callando".
Me está costando.
Me está costando encajar el paso del tiempo.
De ansias y sosiegos.
Después de una media hora de moverme, huyendo, 
vuelvo a casa.
Evitando el ascensor, subo los trece pisos.
   Llego sin aliento.
         Tan callando".

Y ahí fue cuando pensé en hacer una entradita diaria a mi blog. 
Entre otros proyectos.
Ha sido un placer.
Os deseo lo mejor para este año. 
Que cumpláis algunos sueños, que viváis todos los días y, desde aquí, os 
enviamos, Haro y yo, nuestros mejores deseos.
Gracias, gracias, gracias.



2016. El mejor año de nuestra vida.










4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Ay, pena, penita, pena... Un abrazo caballero guapo y gracias por todo.

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  2. Hasta siempre¡ Conduciremos tranquilos respirando cada momento del año. Gracias mil gracias. Abrazos.

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